Rabanera recalca que el plan se hará 'contra la voluntad de Álava o sin ella'

El vigesimotercer aniversario de la aprobación en referéndum del Estatuto de Gernika mostró ayer hasta qué punto está maltrecho el pacto entre los partidos vascos que condujo a él. La ruptura es ahora incluso institucional: la Diputación de Álava, gobernada por el PP con apoyo externo socialista, y el Ayuntamiento de Barakaldo, del PSE, fueron las únicas instituciones vascas que celebraron ayer formalmente el día.

En el primer caso, el diputado general alavés, Ramón Rabanera, enfatizó que el proyecto del lehendakari tendrá que hacerse 'contra la voluntad o sin la participación de Álava', que al respaldar el Estatuto 'no dio una firma en blanco con la que se pudiera escribir un ideario político contra la Constitución'. Rabanera, quien rindió explícito homenaje a los cientos de personas 'asesinadas en defensa del Estatuto', sostuvo que si se rompe de manera 'unilateral' el consenso que dio lugar al mismo, 'los alaveses se considerarán liberados de los compromisos' que contrajeron en 1979.

Los representantes del PNV presentes abandonaron el acto al estimar que la presidenta de las Juntas alavesas, la socialista Xesqui Castañer, ofendió a los nacionalistas al afirmar que a la gravedad del terrorismo Ibarretxe ha añadido la de su propuesta.

Media hora antes de comenzar el mitin del lehendakari en Bilbao, el PSE celebraba en un hotel de esta ciudad un acto en defensa del Estatuto en el que su secretario general, Patxi López, destacó la necesidad de reivindicarlo como 'marco de convivencia' y lamentó el plan de Ibarretxe, quien ayer estaba 'celebrando los funerales del Estatuto'. López recordó que gracias al texto de Gernika, Euskadi ha logrado el mayor autogobierno de su historia.