La juez de Bilbao excarceló al etarra Ostoaga con los informes técnicos a favor
El preso cambió en dos meses de actitud y optó por el diálogo para Euskadi en lugar de la violencia
El etarra Félix Ramón Gil Ostoaga, excarcelado tras pasar entre rejas 13 de los 298 años a que fue condenado por seis asesinatos, tuvo en sólo dos meses un cambio radical de conducta. En junio, el subdirector de Tratamiento de la prisión de Nanclares de Oca (Álava) lo consideró un hombre sometido a los dictados del colectivo de presos de ETA a quien no procedía dejar en libertad condicional. Pero en agosto, el mismo funcionario escribió que Ostoaga ya no apostaba por el terrorismo sino por el diálogo, por lo que se podía reinsertar. Con éste y otros tres informes, la juez Ruth Alonso lo puso en libertad.
El largo camino administrativo y judicial que ha llevado a Ostoaga a la calle comenzó en abril. Ese mes, la Junta de Tratamiento de la prisión de Nanclares de Oca desestimó su acceso al tercer grado penitenciario (semilibertad), que no había pedido. 'No se aprecia una evolución en su posicionamiento frente al delito', era el argumento que se repetía en los informes semestrales de la junta desde que el etarra entró en prisión.
Ostoaga elevó una queja a la juez de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao, Ruth Alonso, en la que solicitaba la libertad condicional, pero no el tercer grado. Esta es una táctica habitual de los presos de ETA, que no admiten el sistema de clasificación por grados, rechazan los beneficios penitenciarios (como los permisos de salida) y se limitan a pedir la libertad condicional una vez que han cumplido las dos terceras partes de la pena (si están condenados por el antiguo Código Penal) o las tres cuartas partes (si están penados por el vigente desde 1995).
Antes de decidir sobre la queja, la juez pidió de manera individual a funcionarios del centro informes para conocer la actitud del preso y sus posibilidades de reinserción y reincidencia. El subdirector de tratamiento firmó un documento el 4 de junio de 2002 (ver documentos adjuntos) en el que explicaba que Ostoaga 'no manifestaba de un modo claro su posicionamiento sobre el delito cometido y la procedencia de la lucha armada para defender unas ideas'. Según el documento, 'el interno no se desmarca de su grupo de referencia [el de los presos de ETA] sigue las consignas de éste: huelgas de hambre puntuales, solicitud de la libertad condicional, pero no de permisos de salida'. Con ése y otros informes, la juez rechazó la reclamación del preso y archivó la causa.
Informes individuales
Pero Ostoaga insistió, y el 11 de julio volvió a solicitar su libertad provisional en un escrito en el que se presentaba como 'preso político vasco'. El Ministerio del Interior indicó ayer que la junta de Tratamiento no modificó su postura inicial adoptada de forma colegiada y que la juez volvió a pedir informes a varios de sus miembros a 'título individual' y con preguntas concretas sobre el nivel de reinserción del preso y su probabilidad de reincidencia. Esos informes decían que el pronóstico de reinserción de Oleaga era favorable y su pronóstico de reincidencia bajo, pero no daban su visto bueno a la excarcelación.
El primero en llegar a las manos de la juez Alonso el 29 de julio fue el del psicólogo de la prisión. En él se detalla cómo Ostoaga aseguró que cuando cometió los delitos 'eran otros tiempos' y que se incorporó a ETA porque 'creía que era el único camino para conseguir la independencia'. El preso contó al psicólogo 'que hay otras vías (las políticas) para conseguir los mismos fines'. 'En cuanto a la posibilidad de reincidir', continúa el informe, 'el informado responde abiertamente que no es posible, que su única meta es rehacer su vida'.
El segundo en informar al juzgado fue el trabajador social de la prisión. 'Mantiene una buena relación tanto con la familia de origen como con la adquirida', decía el documento. 'Su hermano [...] está dispuesto a acogerlo en el caso de que saliera en libertad'.
La jurista de la cárcel destacó que Ostoaga cumplió las tres cuartas partes de su pena -requisito indispensable para la libertad condicional junto con la buena conducta y el tercer grado- el pasado 19 de mayo. El etarra permaneció 13 años encerrado -cuatro de ellos en Francia- y al haber sido condenado con el antiguo Código Penal, tenía derecho a una reducción de su condena por el trabajo de casi cuatro años.
Reinserción favorable
El último informe al que tuvo acceso la juez fue el del subdirector de Tratamiento, que sólo dos meses antes se había manifestado en contra de la excarcelación. Esta vez el tono era muy diferente. 'El interno se muestra en los últimos meses más dialogante', comenzaba. 'Justifica haber cometido delitos por su ideología [...] si bien en la actualidad apuesta por el diálogo y el compromiso político como única alternativa para superar la situación'. 'El pronóstico de reinserción social es favorable', continúa, 'dado que posee capacitación profesional y acogida familiar'. 'En cuanto al nivel de reincidencia [...] parece bajo en cuanto a la comisión de nuevos atentados o acciones que pudieran conllevar como resultado la muerte de una persona o la colaboración con banda armada'.
Con estos cuatro pareceres, el pasado 2 de octubre, la juez Alonso estimó la queja de Ostoaga concediéndole el tercer grado y la libertad condicional. El fiscal presentó un recurso ante el juzgado para que Alonso reconsiderara su decisión, pero fue rechazado. Fuentes judiciales aseguraron ayer a este periódico que la fiscalía no había recurrido la puesta en libertad de Ostoaga ante la Audiencia Provincial de Vizcaya, como le permite la ley.
Ruth Alonso informará hoy a la inspección del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre sus actuaciones en la excarcelación del preso de ETA. Ayer aseguró que no se siente amedrentada por el revuelo mediático causado por el asunto y se reafirmó en su propósito de seguir concediendo el tercer grado y la libertad condicional a todos los presos que cumplan las condiciones de la ley. La titular del único juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao recordó que recientemente se archivó una investigación del CGPJ por el tratamiento concedido a presos etarras que fue iniciado por una denuncia directa de la Fiscalía General del Estado, informa Aitor Guenaga.
En los últimos diez años, Alonso ha concedido la libertad condicional por acceso al tercer grado a 62 presos de ETA. En 13 ocasiones su decisión fue recurrida, pero sólo en cuatro fue revocada.
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