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Columna
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Viaje a la muerte

Parece que somos insensibles a los dramas y desgracias humanos cuando se repiten una y otra vez. Hay, sin embargo, quien es capaz todavía de quedarse enganchado en la pantalla del televisor cuando unos ojos de mirada angustiosa y profunda se te clavan en el alma. Estos ojos, al menos pueden ver vida. Parte de quienes iban en la patera hicieron el viaje a la muerte. Una sociedad que es capaz de escupir con pereza y desidia lo que está pasando en el Estrecho de Gibraltar, cementerio marino de vidas humanas, no tiene derecho a quejarse, por ejemplo, por los perjuicios que para Andalucía puede representar la futura ampliación de la Unión Europea.

Las estadísticas, que nunca son frías porque detrás siempre hay quien las sufre o se beneficia, dicen que llevamos más de medio centenar de vidas ahogadas en el Estrecho. Posiblemente, este año se llegue al centenar. No es cuestión de datos, es necesidad de buscar soluciones. En un excelente reportaje de Canal Sur Televisión, vilipendiada con escarnio por los puristas, los exégetas y buscadores de tesoros a cambio de cuatro papeles sin interés, un chaval del Rif, con la dramática experiencia de haber atravesado el Estrecho en varias ocasiones y devuelto otras tantas, decía que la única manera de ayudar a que esto suceda era poder dar de comer a su gente con un trabajo en su tierra. No es nada nuevo lo que decía, y por eso se asusta uno cuando el responsable de la política inmigratoria del gobierno del PP afirma que Marruecos puede perder hasta el 70 por ciento de la ayuda española debido a las relaciones tan distantes y tirantes entre ambos países.

Hay experiencias de municipios andaluces y de la propia Junta que se orientan en este sentido, el de la ayuda y colaboración. Pero son insuficientes. No tienen capacidad económica para ir más lejos y posiblemente la Junta tampoco. Creo recordar que en Sevilla, en la clausura del mandato de español de la presidencia de la UE, el tema de la inmigración fue el objetivo y la medalla política de Aznar. ¿Se ha hecho algo hasta ahora? Poco o nada. Y, mientras, la muerte se adueña de las aguas del Estrecho.

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