Tiros entre dos pueblos

Una de las excursiones favoritas de los niños de Castilleja del Guzmán y de Camas es pasear por el campo de tiro militar que hay entre estos dos municipios del Aljarafe sevillano para buscar casquillos de balas y hacerse llaveros. Los adultos prefieren encontrar balines de plomo, que, una vez fundidos, son perfectos para pescar. Pero a casi nadie en estos dos pueblos se le escapa el riesgo que supone el emplazamiento allí, desde hace más de 40 años, del polígono de tiro en el que hacen sus prácticas con pistolas y fusilería el Ejército de Tierra, del Aire y la Guardia Civil.

La diputada socialista Nazaria Moreno tiene previsto presentar hoy ante la Comisión de Justicia e Interior del Congreso de los Diputados una proposición no de ley para pedir el cese de la actividad en el campo de tiro, que abarca 39 hectáreas, el 17% del término municipal de Castilleja del Guzmán, al que pertenecen estos terrenos. Moreno ya preguntó en una ocasión al Gobierno por estas instalaciones, y desde Defensa se reconoció que no están declarados como 'zona de interés para la defensa nacional' según define la ley 8/75. 'No obstante, sí se considera', se arguyó desde el Gobierno, 'de interés militar'.

En aquella respuesta se advertía también de que éste es el único campo de tiro del que dispone el Ejército en Sevilla. Según los datos aportados por Defensa, en 2001 estas instalaciones fueron empleadas para 'ejercicios de tiro con armas ligeras portátiles' un total de 238 días: 148 por el Ejército de Tierra, 14 por el del Aire y 76 por la Guardia Civil. Para 2002, 'las actividades desarrolladas serán similares a las de 2001', explicó el Gobierno.

Parque periurbano

La proposición no de ley del PSOE incluye la desafectación de estos terrenos por parte del Ministerio de Defensa. Según Carmelo Ceba, concejal socialista en Castilleja, la idea es convertirlos en un parque periurbano. 'La Junta ha puesto en marcha el Plan de Reforestación de la Cornisa del Aljarafe y esta parcela tendría que entrar ahí. Esto tiene que ser un gran parque forestal', subraya Ceba.

'Antes era un olivar, pero ya se ha urbanizado todo alrededor', añade Emilio, otro vecino de Castilleja que como muchos otros acude a menudo a pasear por esta parcela. 'Esto ya no es sitio de un campo de tiro', advierte.

Para llegar desde Castilleja a las laderas áridas en las que se asienta el polígono, hay que tomar un desvío en cuya entrada se alza un cartel de la Junta que da la bienvenida al paraje natural conocido como la Ruta del Agua, un camino de 68 kilómetros que va desde Santiponce a Guillena y que es muy transitado por cicloturistas, senderistas y familias de paseo.

Las instalaciones militares están completamente abiertas al visitante, sin control ni vigilancia. El último de los 25 puestos de tiro apenas dista 10 metros de la desvencijada alambrada que separa el camino del agua del campo militar. Y los oxidados carteles que cuelgan de esta valla dan buena cuenta de que de vez en cuando son también blanco de las prácticas militares.