Una recepción de gala resuelve los roces de protocolo con el líder de Irán
El presidente de Irán, el hoyatoleslam Mohamed Jatamí, tendrá el martes que viene en Madrid una recepción de gala en el Palacio Real, con honores militares, himnos y discursos, pero sin bebidas alcohólicas, en lugar de la tradicional cena de gala que Don Juan Carlos y Doña Sofía ofrecen a los líderes extranjeros que visitan Madrid. Ese compromiso ha resuelto el problema de protocolo relativo a los usos impuestos al dirigente iraní por la ley islámica, que, según diplomáticos encargados del caso, no merece ser exagerado.
'Siempre se llega a arreglos. Por ejemplo, a los líderes árabes que visitan España durante el Ramadán no se les ofrecen almuerzos, aunque sean habituales en ese tipo de visitas. También es ya una constante que en las recepciones que ofrecen durante su estancia en Madrid esos líderes, aunque representen regímenes laicos, no se sirva alcohol. Como no es ninguna novedad que el embajador de Irán en Madrid, si acude a una fiesta oficial, no dé la mano a la Reina', comenta un responsable de la organización de la visita de Jatamí.
En el caso de un régimen teocrático, como el iraní, las cosas se complican porque, según una interpretación muy rígida del islam, los creyentes no sólo no pueden beber alcohol sino que tienen también prohibido participar en reuniones en las que se consuma ese tipo de bebidas. Jatamí tuvo un problema en 1999 con el sector más integrista de la dirección de su país cuando durante una visita a Italia fue fotografiado en la cena oficial sentado junto a la hija del primer ministro Silvio Berlusconi en una mesa llena de copas.
Demandas estrictas
Desde entonces, sus servicios de protocolo tienen demandas estrictas, como las planteadas ahora en Madrid por la delegación que habitualmente precede a los líderes en un país extranjero para preparar sus visitas. Fuentes diplomáticas sostienen que esas demandas, si no son indignas, merecen ser consideradas con la misma naturalidad que, por ejemplo, el protocolo vaticano de cubrir las cabezas de las hembras, o incluso de hábitos personales como es la dieta casi vegetariana que sigue Doña Sofía.
El arreglo alcanzado incluye dos de los tres encuentros gastronómicos que se ofrecen a los huéspedes de Estado: el almuerzo sin fotógrafos, en el comedor privado de los Reyes, que en este caso será una cena, ya que Jatamí ha retrasado su llegada hasta la tarde del lunes, y la cena de gala del martes, que ha sido convertida en recepción de pie y sin alcohol. El presidente iraní no almorzará, en cambio, en La Moncloa, como es habitual que hagan los invitados tras la rueda de prensa con el presidente José María Aznar. Éste tampoco tiene previsto acompañar a su huésped al seminario empresarial de la Confederación Española de Cajas de Ahorro, que concluirá con un aperitivo, también sin alcohol.
La Reina y las otras mujeres que participen en estos actos no tendrán protocolo especial de vestido ni tocado, aunque pueden esperar ser saludadas con una simple reverencia.
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