Bueno para todos

En la vida de una persona o en los asuntos de una nación, no muy a menudo pueden hacerse coincidir los intereses propios con la decencia. El resultado del referéndum sobre el Tratado de Niza es uno de esos casos de feliz coincidencia. Los irlandeses han respondido positivamente a las aspiraciones de los países candidatos, dándoles la oportunidad de crecer y prosperar en Europa de la misma manera que nosotros lo hemos hecho. Irlanda se ha convertido en un modelo para esos países y hubiera sido cruel destruir sus esperanzas y aspiraciones. Pero hay algo más que imagen, ventajas económicas y la expansión de los mercados, ya que la ampliación marca un importante paso en el proyecto global de Europa. (...) Sin sufrir vergüenza, los irlandeses no hubieran podido dar la espalda a un puñado de pequeños países con los que se comparten una herencia común europea y la experiencia y el recuerdo de una historia de dominación por parte de países más grandes. Desde el punto de vista económico, la ampliación sólo puede ser buena para un país que vive de las exportaciones. (...) Mientras tanto, además, mantenemos nuestra reputación como buenos europeos. (...) Puede argumentarse que el segundo referéndum no hubiera sido necesario si los partidos políticos hubieran hecho su trabajo en aquella ocasión. Para los políticos debe servir como señal de alerta contra la adopción de actitudes paternalistas con el electorado irlandés. (...) El referéndum no es el final de nuestro compromiso con Europa y además se debe seguir consultando a la gente.

Dublín, 21 de octubre