Arte en códigos binarios

La sala Italcable de la Fundación Unicaja en Málaga ha cambiado su luminoso aspecto por la oscuridad mágica del cine. Sobre paredes artificiales se proyectan las creaciones digitales de los tres artistas andaluces que participan en la muestra titulada Maquinacción. Esta exposición es uno de los actos organizados para celebrar el décimo aniversario de la empresa Ingenia. Francisco Santana es uno de los creadores que participan en la muestra, el único malagueño. Recorre la sala hasta llegar a la parte central donde se exhibe su propuesta. Cuatro pantallas proyectan simultáneamente un DVD de 12 minutos. El espectador parece envuelto por imágenes, rodeado de mensajes visuales como si se hubiese trasladado al interior de una televisión en pleno informativo nocturno. Zona vigilada. Plan de alarma ciudadana es el título de su creación. Las nuevas tecnologías han servido a Santana para mostrar imágenes manipuladas. En un escenario concreto, una calle del centro histórico de Málaga, inserta acciones que, aunque no hayan ocurrido allí, son tan universales que se pueden extrapolar a cualquier parte del mundo.

Por esa vía pasan inmigrantes trasladados por las fuerzas de seguridad, como ocurrió tras el desalojo de la Universidad de Sevilla, o la policía carga contra manifestantes, igual que en el centro de internamiento de Capuchinos, o el vandalismo juvenil se reprime con más violencia. 'Todo esto tiene una intencionalidad, claro. Es un juego irónico. En esta obra recojo los programas que los países están poniendo en marcha ante el miedo a la inseguridad ciudadana, marcado sobre todo por los atentados del 11 de septiembre. Esto ha creado una psicosis que conlleva no un intento de comprender al otro, sino de protegerse del otro', explica. Sobre las imágenes se recogen frases a modo de marcador electrónico de cotización en bolsa. 'Corregimos conductas y desvíos sociales a los jóvenes', 'Deportamos a otros paraísos'.

'Yo como artista me hago preguntas del momento sociológico que se vive y desde un punto de vista crítico devuelvo esas preguntas al ciudadano', dice Santana. 'Los acontecimientos nos llevan a un rechazo del otro, a una actitud xenófoba. Ahora todos tienden a la defensa a ultranza y la última consecuencia de eso es la guerra', añade el autor, que también defiende la intencionalidad estética, algo que tiene tanto valor en la obra cómo su crítica social. 'Yo utilizo el concepto de apariencia. La imagen no es real ya que siempre se muestra manipulada', afirma.

Gracias a su trabajo como diseñador gráfico, Santana descubrió hace una década las múltiples posibilidades del ordenador y las nuevas tecnologías en la creación artística. Desde entonces algunos lo consideran un artista visual. Dice que cada proyecto tiene un lenguaje distinto y que, aunque la tecnología está cada vez más cercana al ciudadano, todavía se necesita tiempo para que el público llegue a equiparar esta forma de arte con otras más tradicionales.