Cataluña sólo tiene alojamiento para 695 de sus 8.000 indigentes
Cataluña sólo dispone de 695 plazas de alojamiento, en poblaciones de más de 40.000 habitantes, para los más de 8.000 indigentes que viven en sus calles, según datos facilitados por la Fundación Arrels. De las 695 plazas en centros habilitados, pisos y pensiones, 521 pertenecen a Barcelona ciudad. La situación se repite con las plazas de comedor para personas sin hogar en los municipios catalanes de más de 40.000 habitantes. De las 1.647 plazas de comedor, 1.234 están disponibles en Barcelona para una sola comida al día.
Según el director de la Fundación Arrels, Ramón Noró, en Cataluña la ley establece que las poblaciones de más de 20.000 habitantes deben disponer de residencias de estancia limitada, comedores y servicios sociales para las personas sin hogar. Sin embargo, L'Hospitalet de Llobregat, el segundo municipo de Cataluña en número de habitantes (248.000), sólo ofrece 12 plazas de acogida en un centro y 12 de comedor.
La situación se complica en los municipios del área metropolitana de Barcelona, como Badalona, Cornellà y Sant Boi de Llobregat, que no disponen de ninguna plaza, a pesar de tener 210.000, 80.000 y 78.000 habitantes respectivamente. Según Noró, la falta de apoyo institucional y el aumento de personas sin hogar, debido principalmente a la inmigración, han provocado un 'colapso' de los servicios públicos destinados a indigentes y de los facilitados por las entidades que trabajan con este colectivo.
Escasa titularidad pública
En España, sólo el 17% de estos servicios son de titularidad pública, y el resto corresponde a instituciones religiosas y particulares. Cáritas gestiona el 41% de estos servicios y la Administración pública sólo el 10%. En Cataluña, la titularidad pública aumenta hasta el 26%, así como su gestión, que supone el 13% de la oferta. Sin embargo, en cuanto a la gestión sigue estando por debajo de Cáritas (33%), del sector privado (29%) y de otras entidades religiosas (22%).
Durante el año 2000, el Ayuntamiento de Barcelona atendió a 2.143 personas sin hogar, una cifra que no incluye a los indigentes acogidos por las demás entidades. Se calcula que el 15% de los sin techo no son visibles para el resto de la sociedad. 'Muchos de ellos van en metro o pasean por las calles como cualquier otra persona y nunca pensarías que viven en la calle', explica Noró.
Las personas que pertenecen a este colectivo de indigentes han llegado a esa situación 'por una ruptura familiar y social, porque son personas en paro de larga duración o bien son personas con enfermedades mentales o crónicas'. No obstante, factores como la inmigración han contribuído a cambiar el perfil del indigente, 'que se ha rejuvenecido en los últimos años'. El 52% de los sin techo tienen menos de 40 años y la esperanza de vida en el colectivo es de 55 años, según datos de la Fundación Arrels.
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