Peleando con las cifras

Con mayor celeridad que en ocasiones anteriores, lo que es de agradecer, el Ministerio de Economía ha publicado esta semana los datos de comercio exterior de agosto. Las cifras son sorprendentes por segundo mes consecutivo, pues, frente a tasas de variación interanual negativas en el primer semestre del año, tanto las exportaciones como las importaciones registran en estos dos meses aumentos reales medios del 7,6% y 10,3%, respectivamente. Podría concluirse que estamos ante una recuperación fulgurante de los flujos de comercio exterior de mercancías. Esto, a su vez, indicaría que los mercados exteriores (la economía internacional) han cambiado radicalmente su comportamiento anodino de la primera mitad del año y que lo mismo ha hecho nuestra economía, por eso el tirón de las importaciones. Desgraciadamente, nada de ello es cierto, sino que estamos ante datos anormales, que no pueden compararse con los meses precedentes. Siempre los datos mensuales de comercio exterior han sido muy volátiles e irregulares, pero esta volatilidad parece haber aumentado durante este año, como puede verse en los gráficos adjuntos.

El sector exterior ha tenido una aportación negativa al crecimiento del PIB en el tercer trimestre

Al examinar las series mensuales, tanto de exportaciones como de importaciones, se advierte desde diciembre último un nuevo patrón estacional, según el cual las cifras del tercer mes de cada trimestre son anormalmente bajas, y las de los primeros meses, anormalmente elevadas. Es posible que ello se deba a cambios en las fechas en las que algunas empresas hacen sus declaraciones a Aduanas. Si ello es así, este departamento debería advertirlo para que los analistas podamos valorar y analizar convenientemente los datos mensuales y su tendencia. Como este comportamiento es nuevo, los meses de diciembre, marzo y junio registraron fuertes caídas en las tasas interanuales, mientras que ocurrió lo contrario en enero, abril y julio. Haciendo unas simples medias de los meses bajos y altos se entiende mejor la evolución reciente del comercio exterior. Los datos de agosto no deberían estar en principio afectados por este fenómeno, pero tampoco hay por dónde cogerlos, pues vuelven a ser atípicos. Corregidos de factores estacionales, superan en más del 20% en el caso de las exportaciones y en torno al 10% en el caso de las importaciones las cifras medias de los meses precedentes. Mejor es, por tanto, poner en cuarentena estos datos hasta que se disponga de más información en los próximos meses.

Utilizando técnicas estadísticas para eliminar la erraticidad de las series mensuales, se obtienen datos suavizados como los representados en los gráficos, si bien se pierde actualidad en la información disponible. Lo que puede deducirse a la vista de las series suavizadas es que la tendencia a la baja de las exportaciones e importaciones parece haber tocado fondo en la pasada primavera, perfilándose un cambio moderado en los últimos meses. Sin embargo, la erraticidad de los últimos datos no permite asegurar que este cambio se haya consolidado, más aún, cuando la coyuntura internacional ha vuelto a enfriarse. Lo que también ponen de manifiesto estas cifras es que las exportaciones siguen creciendo menos que las importaciones. Si a esto se añade la caída del turismo extranjero, la conclusión es que el sector exterior ha tenido una aportación negativa al crecimiento del PIB durante el tercer trimestre, por lo que es difícil que éste haya superado el 2% de la primera mitad del año.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (FUNCAS).