Lula tiene un plan... y convence a los empresarios

El escenario fue la sede de la Federación de Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp), la poderosa patronal del Estado más desarrollado de Brasil. En el auditorio destacaba la presencia de empresarios, banqueros y operadores de Bolsa. Aquel público selecto acudía a un acto fuera de lo común, por el marco, los protagonistas y el motivo de la reunión. El sanctasanctórum del poder económico se disponía a escuchar las iniciativas de la candidatura del Partido de los Trabajadores (PT) 'para reactivar el funcionamiento de la Bolsa'. Ver para creer. Eran los hombres de Luiz Inácio Lula da Silva, líder y candidato presidencial del mayor partido de izquierdas de América Latina, quienes cantaban las excelencias del mercado de capitales, quienes lamentaban su bajo volumen de negocios y quienes expresaban su confianza en 'el gran potencial' de la Bolsa para contribuir al desarrollo económico y social.

El documento firmado por la candidatura de Lula y representantes de la Bolsa de São Paulo y de entidades financieras es el colofón del viraje político del PT

Las fuertes críticas de los dirigentes del PT hacia el partido que todavía gobierna en Brasil no descartan posibles acuerdos en el futuro

No es casual que muchos de los que están en el meollo de la campaña del PT sean personas que colaboraron con Cardoso

Sanctasanctórum

Todo ocurrió esta semana, en la recta final de la campaña, cuando el PT presentó en sociedad un documento para el mercado de capitales elaborado por el equipo del candidato, con la colaboración de representantes de la Bolsa de Valores de São Paulo (Bovespa) y de la Asociación Brasileña de Analistas del Mercado de Capitales (Abamec). El presidente de la Fiesp, Horácio Lafer Piva, fue el primero en recibir el documento de manos de una delegación del PT compuesta por Antonio Palocci, coordinador del programa de gobierno de Lula, Aloizio Mercadante, senador electo y asesor económico del candidato, y el diputado Ricardo Berzoini, entre otros. La elección de la sede para tan simbólico encuentro no fue al azar. 'Es para dejar sentado que cuando se habla de mercado de capitales estamos hablando de financiación de la producción y el empleo. Esto es posible y deseable en un Gobierno popular para garantizar que el capital de riesgo pueda financiar un nuevo proyecto de desarrollo de la economía', dijo Berzoini, integrante de la comisión del PT que elaboró el documento.

La idea original de una propuesta para el mercado de capitales partió del propio Lula durante la visita que realizó el pasado 5 de agosto a la Bolsa de Valores de São Paulo. El resultado final ha sido el documento de consenso que suscriben la candidatura del PT, representantes de Bovespa y de otras 24 entidades del mundo empresarial y financiero. Entre las acciones dirigidas a fortalecer el mercado de capitales, el documento propone incentivar el desarrollo de los fondos de pensiones como complemento a un sistema de seguridad social público y universal. 'El aumento del ahorro acumulado en estos fondos tendrá un papel importante en la financiación de la actividad productiva, a través de la participación significativa en el mercado de capitales, como ocurre en los principales países desarrollados', señala. Asimismo, en el contexto de una reforma tributaria, el PT propone una ampliación de la base de los contribuyentes, la simplificación de los instrumentos de recaudación y la redistribución de la carga. 'El mercado de capitales debe ser visto como parte integrante del sistema productivo, y por consiguiente, la política tributaria debe tener en cuenta este aspecto estratégico del sector'.

El documento no pierde de vista que la Bolsa es un mercado de riesgo, pero al mismo tiempo reclama la adopción de todas las medidas necesarias para ampliar la seguridad de los inversores, 'factor fundamental para ampliar la base de participantes en este mercado y alterar la percepción negativa que prevalece en una parte de la sociedad'.

Documento conjunto

No podía faltar en un documento de estas características una clara referencia a los elevados tipos de interés, actualmente del 21% anual: 'El nivel actual de los tipos de interés amenaza la actividad productiva y compromete la productividad del mercado de capitales frente a otras inversiones', por lo que 'el programa de gobierno de la candidatura de Lula presidente defiende una nueva política de tipos de interés que incida de manera positiva en el desarrollo del mercado de capitales'.

La presentación del primer documento firmado conjuntamente por la candidatura de Lula y representantes de la Bolsa de São Paulo y de entidades financieras es el colofón al viraje político de consecuencias impredecibles que ha protagonizado en los últimos meses el PT. Antonio Palocci lo describía recientemente en una conversación con este periódico: 'Queremos atraer a amplios sectores porque no estamos pensando únicamente en las elecciones, sino en establecer una sólida base de gobernabilidad'. Por ello han sellado acuerdos con el ex presidente José Sarney y con sectores del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), 'que no se identificaron con el Gobierno saliente ni con la corrupción'. Hoy, este gran partido de centroderecha, que integró la coalición que ha gobernado Brasil los últimos ocho años bajo el liderazgo de Fernando Henrique Cardoso, navega escindido entre un sector que apoya abiertamente al PT y otro que apuesta por el candidato del oficialista Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), José Serra.

El vuelco político en Brasil se vislumbra en los partidos. 'La alianza del PSDB con la derecha está agotada', repiten con una amplia sonrisa los dirigentes del PT. José Graciano, estrecho colaborador de Lula desde la fundación del partido, tiene especial interés en precisar su visión de lo que representa el partido del presidente Cardoso. 'Los españoles tienen un mal conocimiento de los partidos políticos brasileños', señala. 'Tienden a asimilar el PSDB con el PSOE, y nada está más lejos de la realidad. El PSDB no tiene nada que ver con la socialdemocracia española. Está mucho más cerca de Aznar que de Felipe González. Desde sus inicios tiene una alianza con la derecha, y de socialdemócrata sólo tiene el nombre. Su programa básico fue la pauta para la flexibilización laboral'.

Sin embargo, las fuertes críticas que los dirigentes del PT dirigen al partido que todavía gobierna en Brasil no descartan posibles acuerdos en el futuro. El propio Graciano relata que la candidatura de Lula ha recibido el apoyo de sectores del PSDB en distintos puntos del país. Como en el Estado de Piauí, donde 'varios diputados del PSDB se oponen a la alianza con el derechista PFL (Partido del Frente Liberal) y apoyan a Lula. O en Acre, donde el PSDB ha hecho una alianza con nosotros'.

Ceremonia de la confusión

En esta ceremonia de la confusión provocada por una espesa sopa de siglas hay ejemplos paradigmáticos. Luis Gonzaga Beluzzo, economista de prestigio y fundador de la revista Carta Capital, es uno de los asesores reconocidos de Lula. Milita en el PMDB. Como profesor de la Universidad de Campinas (Estado de São Paulo) tiene el recuerdo del paso por sus aulas de alumnos que hoy están en las candidaturas de Lula o de Serra. Tal vez ello explique su reflexión siguiente: 'Si se comparan los programas electorales de Lula y de Serra, no se observan grandes diferencias en lo económico y en lo social. Las mayores diferencias están en el cómo hacerlo. Lo que más les separa es la valoración de los ocho años de gobierno de Cardoso. El PT descalifica dicho periodo, al que responsabiliza de buena parte de los males que aquejan a Brasil, mientras que Serra sostiene todo lo contrario. Su mensaje es: podemos pensar en reformar la casa porque ya tiene solidez; tenemos estabilidad de precios, hemos avanzado en salud, educación, protección social; hasta la concentración de la renta está cayendo. Queda mucho por hacer, pero hay que reconocer que se ha hecho mucho. No fue una década perdida'.

Bajo el primer mandato de Cardoso (1995-1998), el PT lo pasó mal ante la enorme vitalidad del nuevo presidente. 'Éramos presentados al país y al mundo como los neoidiotas', dice Marco Aurelio García, fundador del PT, responsable durante más de una década de las relaciones internacionales del partido y actual secretario de Cultura del Ayuntamiento de São Paulo, que gobierna Marta Suplicy. 'El país cambió, recompusimos la dirección y fuimos construyendo. Pero, sobre todo, hubo algo muy importante en la evolución del partido. Empezamos a gobernar ciudades muy importantes, tuvimos errores y aciertos, y todo eso contribuyó para una nueva cultura política en el partido y también para la formación de una nueva generación de dirigentes políticos. No es casual que muchos de los que están en el meollo de la campaña de Lula sean alcaldes o personas que participaron en el Gobierno'. Y que, por tanto, empiezan a tener una experiencia política más allá de una experiencia sólo social.