Cinco parias mueren linchados en India por la sospecha de haber matado una vaca
Las víctimas se refugiaron en la comisaría, pero la turba los apedreó y quemó sus cuerpos
Una piel de vaca les costó la vida. Cinco intocables, la casta más baja de India, fueron linchados por una multitud de más de 2.000 personas el pasado martes en la ciudad de Jhajjar, a menos de dos horas de Nueva Delhi. Su crimen: la sospecha de que habían matado una vaca -el animal sagrado hindú- para obtener su piel. Las víctimas se dedicaban a desollar reses para vender el cuero. La multitud los siguió hasta el puesto de policía después de que se corriera la voz de que habían sacrificado al animal, los sacó de su refugio, los apedreó, les arrancó los ojos y los quemó.
El comercio con los restos de las reses muertas es una práctica habitual entre las castas más bajas de India, que contratan con las autoridades municipales la eliminación de los cuerpos de los animales a cambio de quedarse con el cuero y venderlo, según confirmaron ayer fuentes de la Embajada de India en Madrid.
De acuerdo con las versiones oficiales, el camión donde viajaban los intocables fue visto por un grupo de unas 500 personas que volvía de una fiesta en la localidad cercana de Dusshera. En la trasera del vehículo llevaban pieles de vacas que habían desollado. Cuando los caminantes llegaron a Jhajjar, 15 minutos después, denunciaron que el grupo de parias 'estaba matando una vaca'.
Dar muerte a estos animales está castigado en India por una ley especial, la Cow Slaughter Act (ley sobre el sacrificio de las vacas en inglés). Al enterarse de la noticia, acudieron a la comisaría el juez del distrito y dos sacerdotes de un templo cercano. La noticia también llegó a los dirigentes de la asociación radical hinduista Vishwa Hindu Parishad (VHP), que comenzaron la movilización de sus partidarios.
De nada les sirvió a las cinco víctimas refugiarse en el puesto de policía. La multitud, dirigida por militantes de VHP y de la organización Shiv Sena, acudió de hasta 10 poblados cercanos para perseguir a los intocables. 'El linchamiento fue organizado', señaló una de las autoridades civiles del Estado indio de Haryana. El responsable de policía indicó que la turba se movilizó por medio de llamadas telefónicas, y que llevaba 'cuchillos, palos, piedras y espadas'. En una hora se reunieron más de 2.000 personas, una cifra que algunos periódicos elevan hasta 4.000.
'Había militantes del VHP, y también algunos elementos antisociales', afirmó el comisario del distrito, Manohar Kumar. Dos horas después la multitud consiguió sacar a los intocables del puesto de policía. 'Intentamos detenerlos, pero fuimos heridos en el proceso', se disculpaba después el magistrado. 'Yo mismo tuve que refugiarme para evitar que me mataran', añadió. Los que no tuvieron tanta suerte fueron los parias, entre los que había un niño de 11 años. Con el grito de Gau mata ki jai (¡Viva la madre vaca!), los amotinados los apedrearon, les sacaron los ojos y quemaron a dos de ellos.
Los familiares de las víctimas sostienen en cambio que fue la propia policía que encontró el cuero la que los denunció a los radicales. Según esta versión, los agentes actuaron así en venganza ante la negativa de los hombres a pagar el soborno que les exigían. También afirman que si les dejaron entrar en la comisaría no fue para protegerles, sino para retenerles hasta que llegara el grupo dispuesto a lincharles. 'El jefe de policía en funciones incluso admitió que habían matado a uno de ellos en una pelea por dinero', declaró el hermano de una de las víctimas. 'La policía dijo a la gente que iba por la carretera que los hombres eran musulmanes, y les animó a matarlos', añadió.
El dolor de los familiares ha aumentado ante lo que consideran 'una burla' de las autoridades. La policía ha abierto una investigación para encontrar a los culpables, pero todavía no se ha detenido a nadie. En cambio, ha acusado a las víctimas de violar la ley sobre el sacrificio de las vacas. Por último, el pasado jueves, el superintendente de policía de Jhajjar ordenó que se realizara la autopsia a la vaca. Con ello pretende saber si el animal estaba de verdad muerto cuando lo desollaron. 'Ello explicaría la rabia de la multitud', se justificó.
Fuentes diplomáticas indias insistieron ayer en que el linchamiento era 'algo inusitado'. 'Si no, no hubiera ocupado tanto espacio en los periódicos', declararon.
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