Asesinado a tiros en pleno centro de Moscú un gobernador del Extremo Oriente ruso
Tsvetkov era el dirigente de Magadán, una provincia rica en oro y productora de caviar
Valentín Tsvetkov, gobernador de Magadán, fue asesinado en la mañana de ayer en la céntrica calle de Novi Arbat, de Moscú, cuando se disponía a entrar en la sede de la representación de esa provincia del Extremo Oriente ruso. Tsvetkov es el dirigente de mayor rango que ha sido asesinado en los 12 años transcurridos desde la desintegración de la Unión Soviética y demuestra la impotencia de las autoridades ante los grupos criminales y mafiosos que se imponen pistola en mano. Las muertes por encargo continúan a la orden del día en Rusia.
Los asesinos a sueldo matan a directores de fábrica y empresarios, autoridades locales y parlamentarios. Ahora les ha llegado el turno a los gobernadores, que hasta el momento habían escapado a las balas de la mafia. Los que mataron a Tsvetkov actuaron con gran sangre fría y audacia. El gobernador de la lejana provincia de Magadán hacía más de una semana que se encontraba en Moscú e iba diariamente a la misma hora a la delegación provincial.
Los asesinos planearon fríamente el atentado y no les importó realizarlo a la hora en que todos van a la oficina y en una avenida donde siempre patrullan policías porque es la ruta que usan el presidente y muchos altos funcionarios para ir a su trabajo en el Kremlin, en diversos ministerios y en el Parlamento.
El disparo fatal fue hecho a las 9.14, hora local (las 7.14 en la España peninsular), por un hombre de entre 30 y 35 años, fisonomía eslava y vestimenta oscuras. La bala entró por la nuca y causó la muerte instantánea del gobernador. El asesino a sueldo tenía un cómplice que disparó contra el guardaespaldas de Tsvetkov, sin herirlo. Ambos huyeron en un automóvil de la marca Lada, que abandonaron en un callejón cercano al lugar del crimen. La policía también encontró la pistola Makárov con silenciador usada para asesinar al alto funcionario y ha elaborado un retrato robot gracias a las declaraciones de los numerosos testigos interrogados.
Los políticos rusos se han convertido en víctimas frecuentes de los asesinos a sueldo. Antes de la muerte de Tsvetkov hubo dos atentados contra gobernadores, pero ambos fracasaron. En 1996, en vísperas de las elecciones provinciales, unos desconocidos dispararon contra el coche del gobernador de Briansk, y hace dos años se descubrió un plan para asesinar al de Kémerovo.
Peor suerte han corrido los vicegobernadores: en 1997 un francotirador mató a un vicegobernador de San Petersburgo; dos años más tarde era asesinado uno de Tomsk; en 2000, uno de Kamchatka, y este año, uno de Smolensk. Ocho diputados federales también perdieron la vida, el último en agosto pasado.
'Los criminales se sienten absolutamente impunes', comentó Guennadi Selezniov, presidente de la Duma Estatal o Cámara baja del Parlamento ruso. 'No recuerdo ni un solo caso en que el asesinato haya sido dilucidado completamente y en que el criminal haya llegado al banquillo de los acusados. No sé qué acciones emprenderán ahora los órganos de orden público para descubrir al asesino del gobernador Tsvetkov. Lo que sé es que nosotros no escatimamos dinero para mantenerlos y cada año les damos más recursos. Pero los resultados de su trabajo van de mal en peor', manifestó Selezniov.
No cabe duda de que Tsvetkov se había ganado muchos enemigos como gobernador. La provincia de Magadán es famosa por su oro -un 20% del total producido en toda la Federación Rusa- y por sus salmones, que dan el llamado caviar rojo. Tsvetkov logró poner orden en estas dos esferas, que antes estaban en las manos de las mafias locales, y además puso bajo su control el comercio del alcohol.
La policía ya ha manifestado que cuenta con información de que el gobernador había entrado en conflicto con varias empresas en la provincia y que la versión principal es que el asesinato está relacionado con las actividades económicas en Magadán.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.