Casas para vivir

Quien pasee por Granada podrá ver el lema con el que la inmobiliaria Ferrovial, SA ha decidido publicitar sus construcciones: 'Casas para vivir'. Yo buscaba precisamente eso, una casa para vivir y, dejándome llevar por ese lema y confiando en el prestigio que la empresa Ferrovial, me decidí a comprar una de esas casas hace ya casi un año. Tiempo suficiente para padecer una realidad muy diferente a la del eslogan. Casi un año pidiendo que me arreglen la infinidad de desperfectos que la casa (supuestamente de primera calidad) tiene: persianas de tan pésima calidad que en cuanto les da el sol y se calientan caen a plan con el riesgo de hacerlo sobre la cabeza en cualquier momento, radiadores marca casi Acme que en cuanto los abres o los cierras te quedas con las llaves en la mano, grietas de estructura, zócalos despegados, paredes con tal panza que resulta imposible colgar ni la más simple estantería, mármoles que te cortan la mano si decides acariciarlos, barandas cuya pintura fue negra un día y que ahora han tomado el color gris del ánimo de quienes nos vemos impotentes ante semejante sucesión de disparates...

Y para acabar, un relaciones públicas que te manda callar en tu propia ruina de casa, con una actitud un tanto sospechosa. Leí, de lo poco que quiero saber ya de Ferrovial, que iba a ser la empresa encargada de construir el metro de superficie de Granada. Yo vivo en una casa construida por ellos y les aseguro que jamás me verán subir a ese metro. Y a ustedes, si están pensando en comprar una casa, cuando vean el lema de Ferrovial, léanlo bien: 'Casas para sufrir'.