El rosario cambia de cuentas

El Papa procederá el miércoles a modificar uno de los rezos marianos más arraigados del catolicismo, el rosario. Con una carta apostólica especialmente dedicada al tema, Juan Pablo II introducirá importantes novedades en este rezo, al añadir cinco misterios más a los actuales 15. Serán los misterios de la luz, un grupo que complementará a los misterios gozosos, misterios dolorosos y misterios gloriosos, los tres bloques en los que están agrupados los tradicionales misterios.

El cambio representa la mayor transformación operada en este rezo mariano desde su creación en el siglo XI. Durante siglos, la estructura del rosario introducido por Santo Domingo se había mantenido invariable hasta ahora mismo.

Karol Wojtyla anunció el domingo 29 de septiembre su intención de proceder a esta innovación, que se anunciará el próximo miércoles, coincidiendo con el 24º aniversario de su elección como Papa y el inicio del vigésimo quinto año de su pontificado, lo que le sitúa en quinto lugar, entre los papas que más tiempo han reinado en la historia de la Iglesia. El primado absoluto sigue correspondiendo a Pío IX (1846-1878), seguido por León XIII (1878-1903), San Pedro (elegido entre el 30 y el 42 D. C. y muerto en el 64) y, en cuarto lugar, Pío VI (1775-1799), con más de 24 años de pontificado, al que Wojtyla, que tiene 82 años, podría fácilmente superar.

Juan Pablo ha querido acompañar esta fecha señalada con una pequeña innovación. Una agencia de prensa italiana dio ayer en exclusiva la noticia anticipándose al contenido de la carta apostólica en la que Wojtyla explicará las razones de este cambio.

El rosario actual, un poco en desuso en el catolicismo más progresista y moderno, es una especie de relato oral de la vida de la Virgen y de la de Jesucristo. La forma de rezo es repetitiva, primero un padrenuestro y después 10 avemarías y concluye con la letanía a la Virgen.

Los 15 misterios, divididos en grupos de cinco, se rezan en diferentes días de la semana. Los gozosos, que hablan de la Virgen y del nacimiento e infancia de Jesús, se rezan los lunes y los jueves, los dolorosos, que relatan la pasión y la muerte de Jesús, están reservados para los martes y los viernes, mientras los gloriosos, que se ocupan de la resurrección de Jesús y de la asunción de la Virgen, son los indicados para miércoles, sábados y domingos.

El Papa ha pensado seguramente que en este relato oral faltaban algunos episodios importantes de la vida de Jesucristo, de su vida pública, y ha decidido remediar esta falta incluyéndolos en los nuevos misterios de la luz, destinados al domingo, con lo que los misterios gloriosos quedan circunscritos a miércoles y sábados.

Juan Pablo II cambió ya en 1991 las estaciones del vía crucis, adoptando un esquema bíblico frente al tradicional. En el esquema bíblico que el propio Wojtyla adoptó por primera vez ese año, al conducir el vía crucis en el Coliseo, cada estación tiene un título sacado del Evangelio, mientras en la tradicional, los títulos procedían también de la tradición cristiana. La innovación se añadió al vía crucis tradicional que se sigue celebrando el Viernes Santo.