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Barcelona reclama la diplomacia de las ciudades

La capital catalana se dota de potentes centros de estudios y de relaciones internacionales

Se dice que el príncipe que inspiró a Maquiavelo no era otro que Fernando el Católico. En cualquier caso, este rumor no hace sino señalar que fue la refinada diplomacia de la Corona de Aragón, curtida en la brega de la Italia renacentista, la que permitió al monarca de este territorio mantener el tanto monta frente a la potente Castilla de Isabel. Desde entonces, Barcelona no ha vuelto a aparecer por el mapa de la política internacional.

Hasta ahora que, contra todo pronóstico, lejos de la corte, sin embajadores ni embajadas, la capital catalana reclama un lugar en el campo de las relaciones internacionales y puede ponerse en cabeza de lo que algunos expertos ya llaman 'la diplomacia de las ciudades', en contraposición a la de los Estados. Dos potentes instituciones, ambas con presencia del Ministerio de Asuntos Exteriores en su patronato, la recién creada Casa Asia y el Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed) -heredero del Institut Català de la Mediterrànea que dirigió Baltasar Porcel durante muchos años-, encarnan este fenómeno.

El rigor profesional del Cidob ha mantenido la llama de los estudios internacionales

La cepa, sin embargo, hay que buscarla en uno de los primigenios think tank de la moderna política exterior española: la Fundación Cidob, un centro de investigación, docencia, documentación y divulgación nacido en 1973, todavía bajo el franquismo, como una biblioteca y centro de estudios privado, con la intención de impulsar la proyección internacional de la sociedad catalana.

El Cidob es el primero que integra en su fundación a instituciones públicas: la Generalitat, el Ayuntamiento, la Diputación y, poco después, los ministerios de Asuntos Exteriores y Defensa. Ya en 1979 inicia un trabajo callado -a menudo incluso secreto, cuando se trata de labores de mediación-, pero tremendamente profesional y efectivo, que ha conseguido el reconocimiento unánime de los expertos en relaciones internacionales durante todos estos años.

Dirigido desde casi sus comienzos por el incombustible Josep Ribera, hace dos años el patronato ofreció la presidencia al ex ministro de Defensa y ex vicepresidente del Gobierno Narcís Serra, cuya impronta ha sido determinante en el despegue definitivo. Sus usuarios dibujan un amplísimo abanico: organismos públicos nacionales e internacionales, ONG de cooperación al desarrollo, empresas exportadoras, financieras, editoriales, medios de comunicacion, expertos y profesionales, sin olvidar su importante vertiente universitaria, potenciada ahora por la creación del Instituto de Relaciones Internacionales de Barcelona (IRIB), con las cinco universidades barcelonesas, que pondrá en marcha, dentro de un año, un master de estudios en esta materia.

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Si el Cidob es básicamente un think tank, el IEMed -en cuyo patronato el mayor peso corresponde a la Generalitat-, además, tiene una vertiente cultural y otra política, derivada de su pretensión de convertirse en un observatorio del Proceso de Barcelona, nacido en 1995 durante la Conferencia Euromediterránea, para establecer un área de cooperación política, económica y cultural entre la Unión Europea y los países de la otra orilla del Mediterráneo.

Su director, el periodista Andreu Claret, explica que el IEMed ya no sólo se concentra en el Magreb, aunque sea un tema prioritario, sino que se panarabiza, lo cual le permite moverse con mucha más soltura y ambición en el estudio y análisis de fenómenos tan importantes como la inmigración o el papel de las religiones, al tiempo que mantiene una importante actividad en la promoción de las relaciones económicas y comerciales entre ambas orillas del Mediterráneo.

Sirva como ejemplo que, entre los proyectos más inminentes, el IEMed está elaborando un estudio sobre el espinoso tema de la Agricultura, en el que se analizan los costes y beneficios de la incorporación de la agricultura de los países de la otra orilla del Mediterráneo al proceso de libre cambio.

El IEMed ha recibido un encargo del Fòrum 2004 de organizar un congreso sobre inmigración al que deben asistir más de 1.500 personas, en el que se pretende que estén representados todos los actores de este fenómeno social del nuevo milenio, desde los responsables políticos, las ONG y las agencias de refugiados de la ONU, hasta organismos como la Organización Mundial del Trabajo. 'Nosotros operamos, de hecho, como un observatorio de la inmigración del Magreb', reconoce Claret.

La gran ambición del IEMed, sin embargo, sería que el Proceso de Barcelona se institucionalizara. 'Es cierto que en un momento se pensó que tuviera una sede regional', admite Claret, 'pero no parece que las cosas estén en este momento para grandes alegrías. Es más razonable, en la práctica, adquirir una cierta capitalidad por la vía de los hechos'. Y también se había considerado la posibilidad de acoger la sede del Banco Mediterráneo para el Desarrollo. 'Lo cierto', asegura, 'es que ya somos, de facto, la capital del Mediterráneo, los embajadores de los países árabes ya lo ven así'.

Oportunidades de formación y de negocios

'Aunque Barcelona no es capital de un Estado, puede convertirse en capital de estudios, con un papel similar a la ciudad de Boston, en la que se estudia más que en Washington'. Fue el consejero de Universidades de la Generalitat, Andreu Mas-Colell -él mismo profesor durante muchos años en Harvard-, quien ponía este ejemplo en el acto de presentación de los estudios de tercer grado que implantará el Cidob con las cinco universidades barcelonesas, dos de las cuales -la Universidad de Barcelona y la Autónoma- ya disponen de su propio Centro de Estudios Internacionales. Pero esta no es la única novedad en cuanto a ofertas en este campo. La Casa Asia ha puesto en marcha una licenciatura en Estudios Asiáticos, y la ha hecho virtual junto con la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), 'de modo que sea virtual, en la red, para que no se pueda decir que esto sea una cosa que se comen solos los catalanes y a la que pueda acceder cualquier persona en España y en todo el mundo', explica Ion de la Riva. Casa Asia ha creado también las becas Ruy de Clavijo, llamadas así en honor del embajador de un rey de Castilla que viajó al reino del Gran Tamerlán, en Samarkanda, en el siglo XIV. En el campo de los estudios asiáticos se abre realmente una gran puerta de oportunidades. 'En el futuro inmediato', cree el director de Casa Asia, 'China puede empezar a ejercer el mismo papel que tuvo Japón en las décadas de 1970 y 1980, se va a convertir en un innovador de tecnología, exportará bienes más pequeños y más baratos'. 'De la misma manera que hace unas décadas se pasó del francés al inglés como segunda lengua, en el futuro podría llegar la hora del mandarín', añade. De la Riva se muestra orgulloso de la variedad de lenguas que dominan los miembros de su equipo: 'Aquí se hablan, además de todas las lenguas de España, el inglés, el francés, el japonés, el chino, el hindi y el coreano. En el campo empresarial, tanto Casa Asia como el IEMed son muy activos. Andreu Claret anuncia la creación del North Africa Business Forum, 'una especie de Davos para los países del Magreb', para intentar impulsar los intercambios comerciales de modo que la brecha económica y social entre ambas orillas del Mediterráneo no siga ensanchándose con las consecuencias que esto tendrá.

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