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El debate de la reprobación de Ortega da pie a un juicio político sobre el 'clientelismo' del PA

El consejero rectifica su idea sobre la corrupción un mes después de sus declaraciones

El debate sobre la reprobación del consejero de Turismo, el andalucista Antonio Ortega, dio pie ayer en el Parlamento a un juicio sobre la política clientelar que, en opinión de la oposición, practica el PA. El pleno rechazó por los pelos (54 votos contra 52) la censura a Ortega, aunque tanto él como su partido se vieron sometidos a un correctivo público que fue seguido por los diputados con cierto embarazo. A diferencia de intervenciones anteriores, el consejero retiró y rectificó con claridad estas declaraciones: 'Casi sería preferible un par de casos de corrupción al año que una administración muerta y lenta'.

Ortega y el partido del que es secretario general y candidato a la Junta recibieron ayer algo más que un rapapolvo. El andalucista fue el protagonista absoluto de la sesión parlamentaria al acaparar dos iniciativas (de IU y PP) y una pregunta al presidente de la Junta, Manuel Chaves. Que la mayoría que apoya al Gobierno (PSOE y PA) frenara la reprobación del consejero no impidió que se escucharan de los oradores comentarios que en algún momento hicieron del debate una ceremonia de escarnio colectivo. El portavoz del PA, José Calvo Poyato, llegó a decir en su turno que lo único que le quedaba ya a Ortega era 'desnudarse, flagelarse y ponerse de rodillas'.

Los ataques más duros vinieron de IU y del grupo mixto. Antonio Romero -quien ha llevado la voz cantante para forzar el mea culpa del andalucista- recordó que Ortega ha argumentado que el salto de la cartera de Relaciones Institucionales a la de Turismo no había tenido otra justificación que la de 'promocionarse'. Calificó de 'lamentable' tanto sus declaraciones como la resistencia a desdecirse, que 'le han llevado a mentir y asegurar que Chaves se había reído mucho con usted' por la polémica. El portavoz de IU le comparó con Jesús Gil, ex alcalde de Marbella, de quien dijo 'siempre se hacía la víctima', y afirmó: 'Si pide las competencias de urbanismo para su consejería y luego dice lo que dice sobre la corrupción, ¿para qué quiere las competencias?'

Romero reiteró que la reflexión de Ortega acerca de la corrupción es inadmisible en un miembro del Gobierno, por lo que solicitó su sustitución por otro militante andalucista, aunque, aclaró: 'No nos gustaría que fuera Alejandro Rojas-Marcos , conocido por el sobrenombre del anfibio urbanístico'. La refriega entre Romero y Calvo rozó el insulto personal y mientras el nacionalista llamó al primero 'estalinista', Romero sacó a relucir la pertenencia de Calvo al Movimiento Nacional de Cabra (Córdoba) en los años setenta.

La discusión de Calvo con el diputado del grupo mixto y ex del PA Ricardo Chamorro alcanzó mayor crispación, al entrar en juego las rencillas de la reciente ruptura. 'Nos queda la duda de si fue un desliz o al consejero le ha fallado el subconsciente porque no es la primera vez que se liga al PA con el mercantilismo y la larga sombra especuladora', dijo Chamorro. También afirmo, entre otras cosas: 'El andalucismo que practican carece de ideología, le tienen tan poco respeto a Blas Infante que incluso van a negociar con la finca del padre de la patria andaluza'.

El consejero, que intervino dos veces, encabezó su discurso con palabras de rectificación y disculpas. Cuando comenzó a hablar no había nadie del Gobierno en el salón de pleno. Después se turnaron los consejeros de Presidencia, Gobernación, Medio Ambiente y Obras Públicas. Contrariamente a lo que hizo en su comparecencia por este motivo en comisión, Ortega repitió machaconamente el rechazo a la 'desafortunada' expresión, que calificó de 'error'. Sólo se permitió una licencia para matizar que no dijo a la revista Andalucía Inmobiliaria 'prefiero dos casos de corrupción al año que una administración muerta y lenta', sino 'casi sería preferible'.

Sus únicos reproches fueron para Romero, al que le acusó de practicar la política del 'todo vale' y esconder intereses electoralistas por su insistencia en la polémica. 'Contra un patinazo como éste entiendo que te den con ello en la cabeza. Sí me preocupa que se dude de la honorabilidad del PA, del Gobierno y de mi persona'.

El portavoz popular, Joaquín Ramírez, replicó que quien ha puesto en cuestión la honorabilidad de estas tres instancias ha sido el mismo consejero y estimó que la rectificación ha llegado un poco tarde. Pese a que Ramírez se alejó en el tono y la forma de las arremetidas de los otros dos grupos, el PP votó a favor de la reprobación de Ortega que formuló IU y desvió la flecha hacia Chaves: 'Hay una importante responsabilidad del presidente y si no adopta medidas asume lo ocurrido como propio'.

Ortega se cubre  la cara con las manos, ayer, en el debate sobre su reprobación en el Parlamento.
Ortega se cubre la cara con las manos, ayer, en el debate sobre su reprobación en el Parlamento.GARCÍA CORDERO

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