_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Liturgia

Celebramos hoy una fiesta con boato capitalino a propósito de lo que antes fue otra vagamente fundacional de un reino que tardó más de un siglo en institucionalizarse y varios en venirse abajo, y que poco antes de lo de ahora representó un dato semántico para el resurgimiento del autogobierno y la autodeterminación. Con los años, y de la mano del régimen estatutario instaurado al amparo de la CE de 1978, la fecha denota un día de fiesta agradecido en el que Valencia rememora un hecho de armas, la rendición de los moros municipales al Rey Jaume I, con una emotiva peregrinación de la Senyera (sin el concurso del primigenio Penó de la Conquesta que izó el moro en la torre del Temple en señal de rendición) por las calles de la ciudad entre vítores melifluos y paralelas profesiones de fe española por si acaso tal efemérides destilara alguna duda sobre el rumbo que la ciudadanía autóctona habría tomado casi definitivamente trescientos años después de perder la foralidad manu militari. La historia, por eso, ya no puede cambiarse y sería de necios ignorar que el propio Estatuto, en su carta de presentación ya reservó para los valencianos una fórmula muy distinta a la vasca, o a la catalana, pongamos por caso, que ha tenido y tendrá consecuencias difíciles de eludir. Mientras el Art. 1 del Estatuto vasco declaraba con claridad que 'el Pueblo Vasco o Euskal-Herria, como expresión de su nacionalidad, y para acceder a su autogobierno, se constituye en Comunidad Autónoma dentro del Estado Español bajo la denominación de Euskadi o País Vasco, de acuerdo con la Constitución y con el presente Estatuto, que es su norma institucional básica', y, tanto el Art. 1 del Estatuto de Cataluña, como el del Estatuto de Galicia obviaban también la referencia expresa a los términos del Art. 2 de la CE, eludiendo consignar en el texto la expresión Estado español, el EACV, en su Art. 1 recoge expresamente la fórmula constitucional de que el derecho que el pueblo valenciano asume al autogobierno lo es dentro de 'la indisoluble unidad de la nación española', dando a entender que, a diferencia de los estatutos de autonomía de Euskadi, Cataluña y Galicia que proclaman su realidad nacional (Euskadi más allá de los tres territorios históricos que en la actualidad rige su estatuto de autonomía) el hecho identitario originario valenciano deviene en una referencia retórica a la forma de organizarse el pueblo valenciano en el histórico Reino de Valencia y no a su realidad nacional. A la vista de este detalle no es ocioso señalar que nuestra fiesta nacional, la primigenia celebración de la conquista catalano-aragonesa (una especie de acción de gracias de naturaleza religiosa), y la posterior, reciente y reivindicativa del Día Nacional del País Valencià se haya acomodado al espíritu de las reglas básicas del Estatuto y constituya desde hace muchos años una escenificación litúrgica de fastos cuya proyección política es dirigida permanentemente a significar contenidos desligados de su efemérides originaria.

La Senyera es separada del Penó para ser honrada, es recibida al son de un himno extraño a su ancianidad, se la lleva a rendir pleitesías, incluso religiosas, y se la rodea de una sobreexcitación a la postre negadora de la foralidad, cuando no se la esgrime directamente contra los herederos de maulets, foralistas, soberanistas o como quiera que se llame a cuantos de todo ese escaparate echamos en falta un propósito político para restituir de verdad a lo que queda de este pueblo de sus derechos históricos.

Vicent.franch@eresmas.net

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_