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La saturación obliga a abrir un nuevo centro en Vizcaya para menores recluidos

El País

El incremento de menores extranjeros en centros de internamiento está obligando al diseño de un nuevo escenario en el que los recursos puedan utilizarse mejor. Con el fin de enfrentarse en las mejores condiciones posibles a esa nueva realidad, las direcciones vascas de Derechos Humanos y de Cooperación con la Justicia y la de Inmigración van a suscribir próximamente un acuerdo de colaboración.

'Es lógico que la Dirección de Inmigración participe, ya que es la que puede conocer más en profundidad el asunto y tener más capacidad de actuación', señala José María Urkijo, director de Derechos Humanos. La dirección que encabeza Omer Oke facilitará los recursos a su alcance y se concretarán en acciones. Así, podrá mediar en los casos que resulta necesario contactar con las familias de los internos o solucionar la situación legal de los menores; uno de los problemas más frecuentes. Se da la circunstancia de que muchos de los internos no disponen de los papeles que les convierten en ciudadanos regulares.

El problema alcanza cotas de inseguridad cuando esta situación continúa una vez que los menores abandonan los centros tras cumplir la condena. Urkijo remarca que en los internados no se practica el régimen carcelario al uso sino que son centros educativos, preparados para la convivencia. 'Si después de todo, resulta que al regresar a la normalidad siguen teniendo los mismos problemas, como es la falta de papeles, no hemos adelantado mucho'.

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