Llamazares apacigua IU con la promesa de distanciarse del PNV

Tras la tempestad de las últimas semanas llegó la calma de la votación. Gaspar Llamazares, coordinador general de IU, logró un importante consenso en torno a la posición de la coalición en Euskadi. A cambio tuvo que prometer a los dirigentes andaluces, especialmente belicosos, que habrá un distanciamiento claro de las posiciones del PNV. El pacto tácito consiste en distanciarse de Javier Madrazo, el coordinador vasco, cada vez que sus estridencias dañen la imagen de IU, pero sin llegar nunca a romper.

Casi 40 personas hablaron ayer en el Consejo Político Federal de Izquierda Unida. La mayoría de ellas lo hicieron para decir cosas muy distintas, que van desde la posición de Madrazo hasta la de Francisco Frutos, secretario general del PCE, o Rosa Aguilar, alcaldesa de Córdoba. Y, sin embrago, al final casi todos votaron lo mismo, esto es, lo que proponía la dirección. 89 votos a favor, 11 en contra y cinco abstenciones.

¿Cómo se explica? Joan Ribó, el coordinador de Valencia, dio una respuesta: como IU es una fuerza federal no hace falta que haga el mismo discurso en todas partes. Otra explicación: el texto que se discutía es tan ambiguo que dice una cosa y la contraria, con lo cual contenta un poco a todos.

En realidad, según la mayoría de los dirigentes consultados, el pacto se ha cocido entre bambalinas. Y consiste básicamente en que Llamazares se compromete a hacer todos los esfuerzos posibles para reflejar una posición distinta de la del PNV. Una tercera vía, término que se acuñó ayer.

Cuando las declaraciones o iniciativas de Madrazo dificulten esta visión, la dirección saldrá al paso para dejar claro que, al menos en el resto de España, IU quiere distanciarse de la deriva soberanista de los nacionalistas. Aunque, eso sí, apostando siempre por el diálogo entre las dos partes, nacionalistas y no nacionalistas. Con Batasuna, al menos según la concepción de IU en el resto de España, ya no se puede hablar porque se ha 'subordinado a las estrategias del terror'.

En el Consejo Político Federal habló casi todo el mundo. Incluido Julio Anguita, por segunda vez desde que dejó la coordinación general tras 12 años de liderazgo indiscutido. Y se pudo ver que la mayoría de las opiniones en IU sobre el problema vasco no dependen tanto de la pertenencia a los dos grandes bloques -la mayoría de Llamazares y el sector en torno a Frutos- sino del origen geográfico.

Los más duros fueron los andaluces, con Felipe Alcaraz a la cabeza. Uno a uno, explicaron los problemas que les genera en su tierra la posición de IU en el País Vasco. Casi ninguno exigió la salida del Gobierno de Juan José Ibarretxe, pero sí un distanciamiento claro cuando éste se decanta hacia el soberanismo como, según creen, ha hecho con su última propuesta. Al final, con tanta presión, lograron que se cree una comisión especial de seguimiento para tratar de coordinar mensajes sobre el modelo de Estado que defiende IU. Y un compromiso explícito de Llamazares para desarrollar esa tercera vía.

La más clara fue la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar. Dijo que todo lo que gana IU con su impulso de las huelgas generales, de movilizaciones, de la antiglobalización, lo pierde porque 'todo lo tapa el País Vasco'. 'IU ha perdido la calle y la credibilidad. Tenemos que lanzar una ofensiva para que la gente sepa que la propuesta de Ibarretxe no es la nuestra. Y llamar al PSE para que vuelva al Gobierno vasco'.

Mientras, Madrazo prefirió no darse por enterado de la críticas y se limitó a defender la propuesta de Ibarretxe y a recordar que su federación definirá su política 'de manera autónoma'. Tanto que Franco González, ex Pasoc, le parafraseó: 'Nos ha dicho: discutid lo que queráis, que yo haré lo que me dé la gana'.

Frutos se quejó de que, pese al acuerdo que había sobre el texto, luego en el día a día nadie será capaz de coordinar los mensajes y pidió un mayor acercamiento al PSE en vez de los insultos que, según recordó, le dedica Madrazo.

Anguita, que habló de los últimos y prácticamente cerró el debate, como hacía antaño, defendió las tesis de Madrazo. Criticó el texto de la dirección por tibio. Sostuvo que el PNV se ha acercado a las tesis de IU frente al 'filofascista Aznar y su monaguillo Zapatero'. Pero, por no dar más 'el espectáculo', dio por cerrado el debate y apoyó a Llamazares.