El dilema de una embarazada de 15 años
El intento de los padres de la menor de convencerla para que abortara fue denunciado ante el juez por la familia del novio, de 18 años
La chica sólo tiene 15 años y hace unos días llegó a casa portando la noticia que iba a ser un monumental disgusto para sus padres: se había quedado embarazada de su novio, de 18. La familia, que vive en un pueblo de la comarca de Ferrol (A Coruña), se esforzó por convencerla de que no está en edad de ser madre y le insistió en que debería abortar. Pero la chica no quería. Y el drama doméstico acabó en disputa judicial cuando los padres del novio acudieron al juzgado para denunciar a la familia de la chica por inducción al aborto. Después de que el juez retirase a la menor de su domicilio, sus padres acabaron cediendo y se han comprometido a respetar la decisión de la muchacha.
La familia de la chica se ha comprometido a respetar la decisión de la menor encinta
En una de las principales clínicas españolas especializadas en abortos admitieron ayer que no es un caso del todo infrecuente. Más de una vez les han llegado padres desesperados que trataban de obligar a sus hijas menores de edad a interrumpir su embarazo. La clínica asegura que nunca ha accedido a ese tipo de peticiones sin el consentimiento expreso de la interesada porque así lo impone la ley.
Lo que resulta nuevo es que un conflicto de esa índole entre padres e hijos acabe en manos de un juez. Al magistrado José Luis Aulet, titular del juzgado de instrucción número 3 de Ferrol, le tocó hace unos días. Los padres de un chico residente en un pueblo cercano denunciaron a la familia de su novia porque, según ellos, pretendía obligarla a abortar contra su voluntad. La acusación entrañaba su gravedad, ya que si la interrupción del embarazo no encajaba en ninguno de los supuestos establecidos por la ley (evitar un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada, malformación del feto o violación de la madre) los padres de la muchacha podrían ser imputados de inducción al delito.
El juez decidió tomar medidas cautelares. Para sustraer a la chica de las supuestas presiones de sus padres, movilizó a la policía judicial y ordenó su traslado a casa de otros familiares. El caso había alcanzado tal magnitud que los padres de la muchacha dieron marcha atrás inmediatamente.
En una comparecencia en el juzgado, el pasado miércoles, los progenitores aseguraron que nunca habían pretendido forzar la voluntad de su hija y se comprometieron a respetar su decisión de seguir adelante con el embarazo. Los padres del novio se dieron por satisfechos, y las dos familias pusieron fin a la disputa amistosamente.
Si se hubiesen obstinado en forzar el aborto de su hija, los padres llevaban todas las de perder, según varios juristas consultados. El artículo 417 del Código Penal establece que será perseguible cualquier interrupción del embarazo que se realice sin el 'consentimiento expreso de la mujer', aunque no hace ninguna referencia para el caso de que la afectada sea una menor. Tampoco el Código Civil recoge expresamente un supuesto como éste, pero entre los límites que fija a la patria potestad y a las facultades de los padres para representar a los hijos figuran el respeto a los 'derechos de la personalidad' - como la intimidad o el honor- o los 'conflictos de intereses' entre los miembros de la familia.
Sólo si se probase que la embarazada tiene perturbadas las facultades mentales o la capacidad de decisión podría aceptarse un aborto contra su voluntad si encaja en los supuestos previstos por la ley. Las menores, en cambio, sí están obligadas a acreditar el consentimiento paterno cuando solicitan un aborto legal.
La interrupción del embarazo entre las adolescentes es un fenómeno en alza. Al menos cuatro de cada 10 chicas encinas entre los 15 y los 19 años recurren a ella, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El porcentaje es muy superior a la media de las mujeres que interrumpen la gestación: el 13%.
En los últimos años la incidencia general del aborto se ha disparado: un 57% más de 1990 a 1999. La anterior ministra de Sanidad, Celia Villalobos, llegó a aconsejar a los adolescentes que usaran preservativos para evitar el alza de los abortos.
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