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PREGUNTAS CON RESPUESTA

El 'karaoke'

A lo mejor ayer, en la Asamblea, Carlos Mayor, el consejero de Educación, podía haber cantado, en play back, esa bonita canción de verano: 'Que la detengan / que es una mentirosa / malvada y peligrosa...'. Si es que en la auténtica poesía está la verdad más profunda. Al final no lo cantó. Pero le faltó poco. Porque la verdad es que fue más o menos lo que le contestó a la socialista Helena Almazán, que había dicho al hablar del plan de estudios de un colegio de monjas que, 'desgraciadamente, tienen ideario'.

Mayor montó un cirio, no digo que celestial, pero que no le andaba lejos: 'Que se tome nota de que la diputada ha dicho 'desgraciadamente hay ideario'. Que conste en el diario de sesiones'. Tampoco era para tanto. Porque lo que Almazán quiso decir es que tenían un ideario, según leyó, reaccionario y hasta un punto inconstitucional. Pero, en fin.

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Se ve que estaba ayer en vena el consejero de Educación y -tan serio él- hasta ocurrente. El socialista Adolfo Navarro le preguntó por el 'cese fulminante' del presidente del Consejo Escolar, el profesor Pedro Roses. Y fue Mayor, muy serio, y dijo al parlamentario del PSOE: 'Me asombra usted. Habla de cese fulminante. Hombre, me gustaría que me dijera cómo se puede hacer una destitución progresiva. ¿Dejándole ir un día sí y otro no al trabajo?'.

La Asamblea ayer, entre el karaoke o el Club de la comedia. Porque es cierto que por alguna dificultad técnica, cada vez que intervenían los diputados tenían que pasarse un micrófono inalámbrico que -es verdad- les daba un aire de asistentes a reality show televisivo o de animoso participante de karaoke. Definición que, muy acertadamente, hizo el portavoz adjunto de IU, Juan Ramón Sanz, al preguntar al consejero de Obras Públicas, Luis Alberto Cortés, por la remodelación de la UVA de Hortaleza, que por cierto el consejero situó en el año 2006.

Se incorporaba ayer el presidente de la Cámara, Jesús Pedroche, recuperado ya de sus dolencias, y los diputados le dedicaron frases de afecto. A lo mejor por eso estuvo Pedroche más tolerante -en lo del tiempo, que no en conceder la palabra-. Y todos tan contentos. Hay tardes que da gusto.

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