El líder de Fatah llama a la rebelión

Marwan Barghuti, 43 años, diputado del Parlamento palestino, responsable de Fatah en Cisjordania y uno de los dirigentes más destacados de la Intifada, llamó ayer a la población a violar el toque de queda impuesto por el Ejército israelí en las ciudades autónomas. Barghuti comparecía ante el tribunal de Tel Aviv para ser juzgado por 33 supuestos delitos de terrorismo por financiar, planificar y realizar ataques contra Israel.

'Pido a todo el pueblo palestino que desafíe los toques de queda. Nuestra libertad no se logrará obedeciendo las órdenes del ocupante, sino solamente si la ocupación se convierte en una carga más pesada para el ocupante', afirmó ayer Barghuti ante el tribunal.

La comparecencia de Barghuti, la tercera que se celebra desde que fuera detenido en Ramala el pasado 14 de abril, quedó suspendida apenas había transcurrido una hora como consecuencia de una serie de incidentes encadenados, entre los que destacó el enfrentamiento en la calle de familiares de las víctimas israelíes con grupos de apoyo pro palestinos.

El clima de tensión callejera se trasladó también al interior de la sala provocando asimismo un intercambio de insultos entre los abogados defensores de Barghuti y representantes de la Administración de Israel. Los incidentes culminaron con una decisión del juez inhabilitando a los abogados no israelíes a actuar ante el tribunal, entre los que se encontraba Fadua, la esposa del procesado. A continuación el magistrado levantó la sesión, convocando una nueva vista para el próximo 21 de noviembre.

Los abogados de Barghuti, antes de partir, dejaron sobre la mesa del tribunal un acta de defensa, con la que pretenden convertir el juicio de este jefe de la Intifada en un proceso político contra el Estado de Israel, al que acusan de haber cometido no menos de 45 delitos, durante los 35 años de ocupación, que han transcurrido desde la invasión de los territorios palestinos en 1967.

La proclama de Barghuti llamando desde el tribunal a violar el toque de queda fue cumplida de manera automática por sus seguidores en diversas ciudades de Gaza y Cisjordania, donde salieron a la calle pidiendo su liberación. La Autoridad Nacional Palestina reclamó asimismo ayer desde Ramala su puesta libertad y la anulación de todas las acusaciones.

Por otra parte, la prensa de Tel Aviv desvelaba ayer los planes secretos del Ejército para desterrar a Arafat a una zona desértica de un país árabe, presumiblemente Libia. Según informaciones publicadas por el periódico Maariv, unidades del Ejército se habrían venido entrenando en los últimos meses para llevar a cabo un 'golpe de mano' contra el presidente palestino, con el que se pretende capturarlo, meterlo en un helicóptero y llevarlo al exilio.

A la vista de estos planes, Arafat se plantea la posibilidad de trasladar su residencia a un lugar más seguro y protegido que el cuartel general de Ramala, destrozado por la última ofensiva israelí. Tal vez, Belén.