Chavarrías enfrenta el instinto y la razón en el juego de 'Volverás'

Un juego de suplencias, un desafio y un desengaño. El realizador Antonio Chavarrías recurre a estos tres elementos en Volverás, el largometraje que estrena hoy en 150 salas después de seis años apartado de la dirección y dedicado a producir películas como Pau y su hermano o El árbol de las cerezas, de Marc Recha. Tristán Ulloa y Unax Ugalde protagonizan esta cinta sobre 'el pasado que te persigue', dice su director. Basada en la novela Un enano español se suicida en Las Vegas, de Francisco Casavella, Volverás es un filme 'sin buenos ni malos, que no crea dicotomías' y que genera las situaciones de tensión introduciendo a los personajes en la Barcelona más sórdida, aquella en la que se desarrollan las timbas ilegales de cartas. Pero el gran juego de este filme 'es la trasformación a la que nos obliga la vida cotidiana, que te impone representar a un personaje que nada tiene que ver con uno mismo', dice Chavarrías.

Ignacio (Ugalde) es un estudiante de arquitectura a punto de marcharse a Estados Unidos y que se reencuentra casualmente con su hermano mayor, Carlos (Ulloa), tras seis años sin verle. Durante los cinco días que transcurren entre el encuentro de los hermanos y la marcha de Ignacio a Los Ángeles, éste tiene que elegir entre enfocar su vida desde el conformismo o desde la emoción del riesgo, una confrontación que llevará a los dos personajes a situaciones límites. Acompañan a la pareja protagonista en el reparto las debutantes Elizabeth Cervantes y Joana Rañé. En la película, Chavarrías recurrió a la cámara al hombro, una iluminación muy básica, sonido en directo, rodaje cronológico y nada de maquillaje. 'No para conseguir un estilo determinado, sino para tener las condiciones de rodaje que permitieran crear una película lo más fresca, inmediata y veraz posible', asegura el director.