El Gobierno catalán pretende que Josep Maria Cullell sea el nuevo presidente de Fira 2000

La Generalitat quiere que el ex consejero Josep Maria Cullell presida Fira 2000, la empresa que gestiona la ampliación de los recintos feriales de Barcelona. Cullell, que ya desempeña el cargo de consejero en esta empresa, se convertiría así en el primer responsable de las nuevas instalaciones de Pedrosa (Montjuïc 2). Fira 2000 es la gran gestora urbanística de la Puerta Sur de Barcelona e invertirá 330,5 millones de euros en los próximos cinco años. Pedro Fontana, director general del BBVA, reemplazará a Miquel Valls en el Consejo de Administración de Fira de Barcelona.

La ampliación en Montjuïc 2, la gran apuesta de Fira de Barcelona, está siendo impulsada por la sociedad patrimonial Fira 2000. Esta firma, con unos recursos propios de 72 millones de euros, está participada accionarialmente por la Fira (25%), el Ayuntamiento de Barcelona (25%) y la Cámara de Comercio (25%). El resto del capital se encuentra repartido entre el propio Ayuntamiento y la Mancomunidad de Municipios.

Al ser una sociedad anónima por acciones, Fira 2000 depende de los recursos aportados por sus socios, que finalmente definirán el control de la empresa. Por este motivo, la Generalitat ha tomado a Fira 2000 como la referencia de su apuesta; y, al hilo de este argumento, el mismo consejero de Economía, Francesc Homs, se ha comprometido públicamente a realizar las aportaciones financieras destinadas a la ampliación de Montjuïc 2 en Gran Via, unos 330,5 millones de euros para los próximos cinco años.

A cambio de financiar la ampliación, la Generalitat quiere el control de Fira 2000 y está dispuesta a nombrar presidente a Josep Maria Cullel. Medios de la Administración autonómica reconocen que Cullell es, hoy por hoy, 'la apuesta más firme para este cargo'. Sin embargo, y puesto que el nombramiento no se producirá antes de fin de mes, 'no hay todavía nada decidido', señalan los mismo medios.

Consejero del Vaticano

En los últimos tiempos, Cullell ha entrado poco a poco en el mundo empresarial. Hace un año la Generalitat le nombró consejero de Fira 2000 y recientemente ha sido designado consejero de la concesionaria de autopistas Tabasa, que explota el túnel de Vallvidrera y opta a la explotación del futuro túnel de Horta. Desde antes del verano desempeña además un cargo en el consejo de la textil Industrias Murtra.

A principios de año, Cullell fue nombrado miembro de la Prefectura de Asuntos Económicos del Vaticano, encargada de supervisar los estados financieros de la Santa Sede.

Josep Maria Cullell, actualmente profesor de Esade, dimitió como consejero de Política Territorial y Obras Públicas en noviembre de 1994, después de que se publicara la transcripción de una grabación telefónica que le implicaba en gestiones para modificar la calificación urbanística de unos terrenos de su cuñado, Joan Vilaró, en Sant Pere de Torelló. Esa recalificación estaba siendo objeto de investigación judicial por presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias. Cullell no fue inculpado y el proceso terminó con la condena de Vilaró y el alcalde de Sant Pere de Torelló.

La biografía política de Cullell es larga y una de las más importantes del entorno convergente. Muy joven, al principio de la década de 1970, recaló en el área de influencia de Pujol, participó en la creación de Convergència Democràtica y en algún momento de su carrera política estuvo considerado el delfín de Pujol.

Su rostro ha sido uno de los carteles electorales del nacionalismo, utilizado como ariete de Convergència en envites de mucho compromiso. En 1977 fue diputado en el Congreso; en 1979, teniente de alcalde de Hacienda en el primer Ayuntamiento elegido en Barcelona; en 1980, consejero de Política Territorial en el primer Gabinete que formó Jordi Pujol.

En 1986, Cullell fue nombrado consejero de Economía, un cargo en el que exhibió capacidad negociadora frente al entonces secretario de Estado José Borrell en la etapa de gestación del primer modelo de financiación autonómica. Elaboró un Libro Blanco sobre la asignación de recursos en la Hacienda pública española y abrió una línea muy fecunda de colaboración con los socialistas. Más tarde, compitió con Pasqual Maragall para hacerse con la alcaldía de Barcelona, pero en las elecciones municipales de 1987 y 1992 chocó por dos veces contra el muro del edil olímpico.

En 1992, Pujol le recuperó como consejero de Política Territorial.