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Una mujer maltratada de Priego de Córdoba ingresa por tercera vez en una casa de acogida del IAM

Una mujer de unos 30 años, vecina de Priego de Córdoba, entró ayer por tercera vez consecutiva en una casa de acogida para víctimas de malos tratos perteneciente a la red de centros del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM). La mujer sufrió una violenta paliza, supuestamente a manos de su marido, en la noche del miércoles. Las lesiones obligaron a su ingreso en el hospital Infanta Margarita de Cabra, donde pasó la noche en observación. No recibió el alta hasta la mañana de ayer.

En los dos casos anteriores de malos tratos, que se produjeron en los años 2000 y 2001, la mujer, que carece de trabajo y de recursos propios, regresó voluntariamente con su marido y reanudó su relación con él, a pesar de que en ambas ocasiones ya se habían iniciado procedimientos judiciales contra el agresor.

El presunto responsable de las lesiones, J. A. N. G., de 33 años de edad, fue detenido por la Guardia Civil de Priego de Córdoba y, después de prestar declaración ante el magistrado, quedó en libertad. La pareja no tiene hijos.

La coordinadora provincial del IAM, María Paz Gutiérrez, tras lamentar que J. A. N. G. se encuentre en la calle, explicó que, dado que se trata de un 'caso conocido', puesto que la mujer ya ha ingresado dos veces más en una casa de acogida en Córdoba, se consideró más conveniente trasladarla a un centro situado en otra provincia, que no se especificó por razones de seguridad.

Las trabajadoras sociales notificaron que era preciso hacer una valoración del estado psicológico de la víctima, porque padece un trastorno de personalidad que, en palabras de Gutiérrez, 'puede agravarse en un contexto de malos tratos continuados si, además, no se recibe la atención precisa'.

A juicio de la coordinadora del IAM, esta mujer 'necesita tratamiento especializado y seguimiento que le dará el equipo de Salud Mental de la provincia en la que sea acogida finalmente'. Añadió que 'hay que buscar para ella el apoyo de las administraciones públicas y de su familia'. Ayer, las trabajadoras sociales del Instituto trataban de establecer contacto con sus familiares directos.

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Según señaló Gutiérrez, la víctima de malos tratos puede acudir a lo que se conoce como 'recurso de emergencia' en el primer momento y, luego, permanecer en una casa de acogida desde unos días a varios meses, 'hasta que se consiga estabilizar su situación personal, laboral, judicial y familiar'.

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