Informe de educación

Queremos manifestar nuestra extrañeza y nuestra rotunda oposición al contenido del artículo publicado por EL PAÍS el martes 24 de septiembre, en la sección Aulas (Andalucía/7), cuyo titular rezaba El 73% de los docentes se muestra partidario de no obligar a estudiar a quienes no lo desean. No podemos admitir de ninguna manera que se diga en el primer párrafo, que la investigación sobre el desarrollo del currículo de la ESO en Andalucía ha identificado las causas de la pérdida del nivel en la Educación Secundaria, porque lo que sí ha hecho la investigación referida es poner en tela de juicio que se haya producido esa supuesta bajada de nivel. Más bien afirmamos en el informe correspondiente lo contrario, bajo un epígrafe que no deja lugar a dudas: El mito interesado del deterioro del nivel de calidad de la ESO. En nuestra opinión, tanto el titular como el contenido del artículo consiguen dar un tono catastrofista, innecesario e inoportuno, al optar por presentar cifras aisladas en lugar de algunas conclusiones del informe. Una muestra palpable de ese catastrofismo que impregna el artículo es el subtítulo, en el que se destaca que el 15% del alumnado dejaría de estudiar si no fuera obligatorio. No se señala que el 85% continuaría estudiando aunque fuese voluntario y, por si fuera poco, no se menciona que el 35% de todos los estudiantes que dejarían los estudios si se les permitiera proceden de niveles socioculturales bajos y sólo el 5% de niveles altos. Nada estrictamente novedoso, en realidad, pero sí claramente indicativo de que los intereses académicos de los estudiantes también están relacionados con el estatus sociocultural de sus familias y, por tanto, de la necesidad de que la escuela compense las desigualdades de origen. En nuestra opinión, una enseñanza que no fuera obligatoria permitiría que abandonasen la escuela precisamente quienes más necesidades culturales tienen. Nada de eso aparece en el artículo mencionado. Excepto un error de envergadura, los datos que se dan son ciertos, pero no son más que el armazón estadístico de la investigación y no sus conclusiones, y se olvida que, de la misma manera que el hecho de que millones de seres humanos crean en Dios no demuestra su existencia, los porcentajes que se exhiben no son las conclusiones del estudio, sino las opiniones de docentes, estudiantes y familias. Opiniones (sobre la obligatoriedad de la enseñanza, los problemas de disciplina, la comprensividad del currículo, la llamada promoción automática, etc.) que nuestra investigación muestra primero y luego analiza y discute para llegar después a las conclusiones, cosa que se obvia en la redacción del periodista, consiguiendo comunicar una visión catastrófica de la ESO en Andalucía que desde luego los autores de la investigación no compartimos.