La ruina de una duquesa muy poderosa
El acto de celebración del 125º aniversario del hospital del Niño Jesús -al que ayer asistieron el consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, y el ex director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza- se convirtió en un homenaje póstumo a la mujer que hace un siglo y cuarto acometió la construcción del centro, María Hernández y Espinosa.
Nacida en Motril (Granada) el 24 de noviembre de 1928, era hija de una familia rica pero no noble, y tenía entre sus posesiones el conocido balneario de Lanjarón, en las Alpujarras granadinas. Se casó en primeras nupcias con un militar, del que enviudó, y se volvió a casar con Juan Manuel Manzanedo y González, duque de Santoña. Éste, un indiano nacido en Cantabria que amasó una enorme fortuna en Cuba, fue uno de los personajes más poderosos del Reino en la segunda mitad del siglo XIX.
Dicen las crónicas de la época que la duquesa era una mujer con carácter y muy decidida, pero que nunca acabó de ser totalmente aceptada por la aristocracia madrileña, que la veía como una advenediza. En las fiestas celebradas en su palacio, la actual sede de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid (situada en la calle de Huertas) los reyes de España estaban entre sus invitados. La duquesa llevó personalmente la dirección del hospital y lo hizo con firmeza: en una ocasión despidió a seis médicos, entre ellos el jefe de guardia, al sospechar que éstos no cumplían con su horario laboral.
La muerte del duque de Santoña, en 1882, marcó el inicio de la decadencia económica y social de la duquesa. Ella y una hija natural del duque, nacida antes de su matrimonio, se enzarzaron en largos y costosos litigios judiciales por la herencia. Los pleitos sumieron al hospital en una grave crisis que le llevó al borde del cierre en 1889, cuando los pacientes llegaron a ser trasladados al hospital de la Princesa. La crisis se resolvió un año después, cuando la Junta Provincial de Beneficiencia asumió la gestión del hospital.
La duquesa falleció en Madrid, completamente arruinada, el 14 de octubre de 1894.
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