Dos peligrosos desconocidos
Los argentinos Giménez y Rossi convierten al Basilea en una sorpresa
El 22 de mayo de 2001 Julio Rossi llamó a un amigo y le dijo: 'Te voy a impresionar'. ¿Cómo? 'Te voy a presentar a una de los mejores futbolistas del mundo: Pablito Aimar. Lo conozco'. Se tomaron el día libre y se marcharon desde Lugano a Milán, donde el Valencia disputaba al día siguiente la final de la Liga de Campeones que perdió en los penaltis ante el Bayern de Múnich. Llegaron a la concentración valencianista en Como y preguntaron por Aimar. 'Soy un ex compañero suyo en River'. Aimar salió a saludarlos.
Para Rossi, delantero argentino del Basilea, de 25 años, aquel fue un gran día. 'Aimar es un fenómeno, un jugador de fantasía de los que es muy difícil encontrar', dice Rossi, pelo largo y cuerpo de serpiente, un extremo peleón y habilidoso que ni soñaba entonces, cuando jugaba en el Lugano, en que hoy se enfrentaría a su admirado Pablito (Canal +, 20.45). Y no en una cita cualquiera, sino en el mejor escenario y casi de tú a tú, después de que el Basilea se haya convertido en una de las sorpresas al ganarle en su casa al Spartak (2-0) y empatar en Inglaterra con el Liverpool (1-1) con un gol de Rossi.
Gracias a Rossi, pero especialmente gracias a su compatriota y compañero en el ataque, Christian Giménez, de 27 años, el Basilea sueña con pisarle la guitarra al Liverpool -o quién sabe si al Valencia- y clasificarse para la segunda ronda. Giménez, pelo rapado al uno y aspecto de depredador, procede del Boca Juniors y presume de haber compartido vestuario, aunque fuera una sola vez, con Maradona.
Se trata, pues, de la historia de dos argentinos que, como tantos otros, saltaron el charco para ganarse la vida. Prácticamente desconocidos en Argentina, buscaron el calor de un país donde fuera más fácil destacar: Suiza. Lo consiguieron. Ahí está Giménez, máximo goleador de la Liga en los últimos cursos y con ganas de que el resto de Europa le descubra para que Argentina le reconozca.
Fundado en 1893, el Basilea pasó serios apuros el pasado verano cuando su presidente, René Jaeggi, amenazó con abandonar la nave e irse como directivo al Kaiserslautern, alemán. Decidió continuar en Suiza después de que su equipo eliminara en la fase previa de la Champions a un ilustre: el Celtic de Glasgow. 'El Valencia tiene más experiencia que el Liverpool', dijo ayer Christian Gross, el técnico del Basilea, que ofrece la presencia del centrocampista de origen español Varela y la de los hermanos de origen turco Hakan y Murat Yakin.
Mientras tanto, el Valencia sigue con una firmeza que asusta. Con la excepción de la Supercopa, que perdió ante el Deportivo, no se le aprecian debilidades ni en Europa, donde ha ganado con suficiencia sus dos partidos, ni en la Liga. Juega con una seguridad insultante y su técnico, Rafa Benítez, se prepara para firmar el contrato de su vida: por dos años por un montante económico muy superior al que ahora, debido a su escaso pedigrí, cobra. A falta de novedades, destaca en el Valencia el ostracismo de Salva, que volvió a quedarse fuera de la convocatoria.
Benítez conoce a su rival. Gross, pasó unos días con él tomando notas sobre su modo de trabajar. 'Cuida mucho el aspecto físico', dijo ayer Gross. El entrenador madrileño, además, dirigió en su etapa en el Extremadura a Esposito, ahora en el Basilea.
VALENCIA: Cañizares; Curro Torres, Ayala, Pellegrino, Carboni; Angulo, Albelda, Baraja, Vicente; Aimar; y Mista.
BASILEA: Zuberbuler; Quennoz, Hass, Murat Yakin, Barberis; Esposito, Han Yakin; Rossi y Giménez.
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