Rusia no logra vencer a los rebeldes chechenos después de tres años de guerra
El fracaso del Kremlin está a la vista: a pesar de que los militares tomaron Grozni en el invierno de 2000 y anunciaron que los guerrilleros ya no controlaban ninguna localidad y que habían sido prácticamente eliminados, los separatistas están lejos de haber desaparecido. Aunque, según los rusos, los rebeldes han sufrido más de 30.000 bajas, los separatistas continúan con una alta capacidad para asestar dolorosos golpes. Además, los rusos han sido incapaces de eliminar a los líderes más carismáticos: el presidente, Aslán Masjádov, y el comandante Shamil Basáyev. Y para ocultar su impotencia, ahora tratan de responsabilizar a la vecina Georgia de los nuevos ataques guerrilleros.
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