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El peso del sector público se estabiliza en el 15% del PIB vasco

La inversión de las administraciones ha ido cayendo paulatinamente desde 1993

El peso del sector público en el conjunto de la economía vasca se ha mantenido estable en torno al 15% del PIB durante la última década. El empleo y la demanda de bienes y servicios promovida por las distintas administraciones son los indicadores que muestran mejor cómo ha progresado el papel del sector público en el total de la economía vasca y reflejan que en el primer quinquenio de los años noventa tuvo una evolución ascendente para comenzar a declinar a partir de entonces. La media del empleo ocupado durante la pasada década en el sector público en Euskadi se sitúa en aproximadamente en unos 95.000 trabajadores.

Si al empleo propio de la Administración (en el que se incluye el generado por los gobiernos tanto vasco como central, los ayuntamientos y las tres diputaciones forales) se le suma el correspondiente a las sociedades en las que participa de forma mayoritaria, el resultado es que alrededor de 100.000 personas dependen de una u otra forma del erario público.

De esta forma el porcentaje de empleo de la Administración sobre el total llegó al 11,9% en el año 2000, según constatan los datos de un estudio realizado por especialistas del sector.

Desde 1990 hasta 1995, el empleo público tuvo una evolución ascendente, pasando del 12,9 hasta el 13,8% del empleo total. A partir de ese instante comienza a descender, mientras que el empleo total entra en una senda creciente hasta el año 2000. Esta evolución divergente conlleva que el número de trabajadores públicos baje hasta dos puntos en el segundo quinquenio de la década.

Del análisis de la distribución por instituciones, se puede comprobar que el 55% del empleo ocupado en el sector público corresponde al Gobierno vasco, el 20% a la Administración central, el 17,2% a los ayuntamientos y el 7,8% restante a las diputaciones. En cuanto a la dedicación del personal, el 53% trabaja en labores de administración general, más del 26% está destinado a sanidad y tareas de bienestar social, y al menos otro 21% se dedica a la educación.

Demanda

La demanda pública presenta un comportamiento muy parecido al del empleo. En el periodo 1993-1995 es cuando tiene una mayor incidencia en la demanda final, con cifras cercanas al 17%. En ese momento empieza a declinar, manteniéndose al final de la década en cifras cercanas al 15%. Dos razones ayudan a explicar el desigual comportamiento del empleo y la demanda pública en el primer y segundo lustro de los 90. Por una parte, la racionalización del gasto público por los nuevos escenarios macroeconómicos derivados del Tratado de Maastricht que obligaba a reducir el déficit y, por otra, la favorable evolución de la economía privada en el periodo 1995-2000, con crecimientos del consumo y de la inversión.

Mari Carmen Gallastegui, catedrática de Economía de la UPV, profundiza en estos aspectos al recordar que el Gobierno vasco ha ido controlando mucho la demanda con una política de austeridad en el gasto que se ha visto beneficiada por el hecho de que 'la inversión privada ha crecido de una manera brutal en los últimos cinco años, con lo que la inversión pública ha podido retraerse'. El acceso de Juan José Ibarretxe al Gobierno como consejero de Hacienda y vicelehendakari bajo el mandato de José Antonio Ardanza marca el comienzo de la sobriedad con una apuesta por la amortización de deuda y el control del gasto público.

La evolución a la baja de la inversión y del consumo público también coinciden con esa etapa de austeridad del segundo quinquenio de los 90. Mientras que la inversión toca techo en 1993 con un 21,7% del total y después cae paulatinamente hasta el 11,4% contabilizado en 1997, el consumo llega hasta el 16,3% del total en 1996 y a partir de ahí inicia un descenso más sostenido que la inversión.

El estudio también aporta datos sobre el déficit del sector público, medido como diferencia entre los ingresos y gastos no financieros. El informe concluye que la situación financiera de las administraciones públicas en Euskadi es 'muy satisfactoria' en la actualidad, con superávits presupuestarios en los últimos años. El desarrollo del déficit también tiene dos fases diferenciadas. La primera va desde los 80 hasta 1993, año en el que se produce el déficit más abultado (-4%). Desde entonces se suceden unos resultados más acordes con los criterios de convergencia de Maastricht.

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