Un éxito que lleva a la tumba

Andalucía Aeroespacial ha muerto víctima de su propio éxito. La Junta de Andalucía auspició en 1994 la creación de este consorcio formado por 20 pequeñas y medianas empresas aeronáuticas andaluzas con la intención de reimpulsar el sector, pero el aluvión de encargos confirmados para los próximos años y, sobre todo, las exigencias derivadas del ensamblaje de los dos modelos estrella de Airbus -el militar A-400M y el civil A-380- han colapsado a las subcontratas andaluzas.

Sacesa está destinada a convertirse en una empresa con capacidad suficiente para licitar cualquier proyecto aeronático, según la Junta

Tanto Airbus como la empresa EADS-CASA, en cuyas instalaciones de Sevilla y Cádiz se montarán los dos aviones, exigen a las industrias auxiliares capacidad para aceptar contratos llave en mano, lo que escapa a las posibilidades actuales de las subcontratas que integran Andalucía Aeroespacial. Consciente de sus limitaciones, la junta general de accionistas optó la pasada semana por dar el visto bueno a la disolución del consorcio y ceder el relevo a la empresa sevillana Saceca, participada también por la Junta (39,44%), además de por EADS-CASA (20,73%) y las cajas de ahorro andaluzas El Monte, San Fernando y Unicaja, que acaban de entrar en el accionariado con una participación conjunta del 39,83%.

No obstante, desde la dirección de Andalucía Aeroespacial no se ocultan los efectos de la crisis aeronáutica surgida tras los atentados del 11 de septiembre, que, entre otros efectos, propició la quiebra de la empresa alemana Fairchild Dornier. El consorcio andaluz tenía un contrato de suministro de dos secciones de fuselaje del nuevo avión civil alemán Do-728, que iba a suponer el 60% de la facturación de Andalucía Aeroespacial en los próximos años y por el que las subcontratas habían realizado ya una inversión de seis millones de euros.

Según un comunicado hecho público por la dirección del consorcio, tras acordar su disolución, estas pérdidas 'obligan a la empresa a reconducir su estrategia para proteger el trabajo restante con su cliente Boeing'. Desde Andalucía Aeroespacial se anuncia que la disolución será paulatina y que no se hará efectiva hasta que no se transfiera a Saceca la fabricación de los slats (bordes de alas) del Boeing 717, para lo que se estima un plazo máximo de seis meses.

Fuentes del gigante estadounidense ya han confirmado su interés por seguir trabajando con las empresas auxilares andaluzas, a pesar de que la disolución de Andalucía Aeroespacial hiciera temer, en un principio, por la continuidad del programa de Boeing. Sin embargo, lo que aún no ha concretado la empresa estadounidense es si, como pretende la Junta, sus contratos se transferirán a Saceca o, si por el contrario, se decantarán por alguna otra de las empresas que operan en la comunidad. De momento, se sabe que Easa del Sur, filial de Gamesa para Andalucía, está pujando también por este programa.

El consejero de Empleo y Desarrollo Tecnológico de la Junta, José Antonio Viera, se ha afanado en las últimas semanas por restarle importancia a la disolución de Andalucía Aeroespacial, un consorcio que, asegura, 'ya ha cumplido su misión'.

Según un informe presentado por la Junta el pasado mes de julio sobre la situación y perspectivas del sector aeronáutico en Andalucía, Sacesa está destinada a convertirse 'en una empresa con capacidad suficiente para licitar cualquier proyecto aeronáutico'.

La empresa sevillana facturó 13 millones de euros en 2001 y en 2008 -cuando se espera que el programa del A-380 alcance su rendimiento máximo de cuatro aviones fabricados al mes- prevé facturar 39,3 millones. Además, según este estudio, Sacesa será la encargada de convertir a las empresas auxiliares del sector en empresas colaboradoras, 'tal como EADS ha solicitado'.