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Más de 200.000 personas marchan en Londres contra la guerra

Hace apenas una semana, una muchedumbre de británicos blancos de todas las clases sociales invadió las calles de Londres para defender su derecho a cazar zorros. Ayer fue una marea multiétnica la que tomó la capital británica para mostrar su oposición a una guerra en Irak. Desbordando todas las previsiones, más de 200.000 ciudadanos desfilaron por el centro de la capital británica para exigir al primer ministro, Tony Blair, que escuche su voz a favor de la paz.

En lo que muchos consideran la mayor manifestación pacifista jamás vivida por este país, blancos y negros, moros y cristianos, letrados e iletrados se unieron en un grito común: 'no a la guerra'. Una gran parte de los manifestantes, probablemente la mitad si no más, eran musulmanes que aprovecharon la convocatoria para demostrar su odio a Ariel Sharon, el primer ministro israelí, protagonista de pancartas y consignas coreadas por sus enemigos declarados.

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De todo había en un recorrido que pasó por el Parlamento y por la residencia de Blair antes de acabar en un mitin multitudinario en Hyde Park. Señores con perfecto aspecto de profesores de Filosofía compartían pancarta con quien bien pudiera ser un imam de cualquier mezquita del centro de Inglaterra. Jóvenes con el pelo de color rojo púrpura gritaban consignas coreadas por señoras maduras. Unas niñas jaleaban a un grupo de musculosos jóvenes disfrazados de guerrilleros de Hamás. 'No más imperios', rezaba una pancarta. 'Es el petróleo, imbécil', aclaraba otra. 'No seas el perrito faldero de George', le pedía un manifestante a Blair. 'Tony, ya no te queremos', confesaban otros.

Al término del recorrido, el veterano Tony Benn, uno de los políticos más respetados del viejo laborismo, leyó un manifiesto a favor de la paz. Tam Dalyell, padre de la Casa de los Comunes y líder de la campaña contra la guerra, aseguró que el mundo se enfrenta a la mayor crisis de la historia desde la crisis de los mísiles cubanos, hace más de 40 años. 'Nos dirigimos al desastre como sonámbulos', dijo. El alcalde de Londres, Ken Livingstone, declaró que la manifestación fue 'la más grande que he vivido en 30 años' y aseguró que había al menos 400.000 personas.

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