La Generalitat avala créditos en vez de dar subvenciones por las nevadas

Los ayuntamientos catalanes han empezado a recibir una notificación del Gobierno catalán en la que se les comunica que ya tienen a su disposición la subvención correspondiente a las nevadas que se produjeron en diciembre del pasado año. Pero la novedad es que no se les ofrece dinero, sino que suscriban un crédito con el Instituto Catalán de Finanzas. El Ejecutivo se compromete a pagar los intereses, pero el titular de la deuda es el municipio.

Algunos ayuntamientos se han negado a aceptar una fórmula calificada por la Federación de Municipios como 'poco ortodoxa'.

El Departamento de Gobernación no entiende que los municipios tengan razón alguna para rechazar la suscripción del crédito. Con ello reciben el dinero de forma inmediata y no tienen gastos, ya que los intereses del crédito los asume el Gobierno catalán, explicó Josep Maria Pelegrí, director general de Administración Local, del Departamento de Gobernación.

El asunto, sin embargo, es más delicado: en una época en la que rige la norma del déficit cero, que impide a las administraciones públicas endeudarse, este sistema hace que la deuda figure a nombre de los municipios y no del Gobierno de la Generalitat, que es el que verdaderamente contrae la obligación de los pagos.

Josep Maria Pelegrí asegura que el crédito no computa a efectos de endeudamiento, pero se trata de una opinión que no es compartida por todos los ayuntamientos. El de Barcelona, por ejemplo, entiende que el rigor contable le obliga a registrar todos los créditos existentes, al margen de que se registre también el ingreso pendiente. La subvención que corresponde al Ayuntamiento barcelonés, según el Departamento de Gobernación, es de 120.000 euros.

La Federación de Municipios de Cataluña entendería que la subvención, que en general está vinculada a algún tipo de catástrofe, se abonase por el método del crédito si se concediera de forma urgente. Por ejemplo, en el caso de las nevadas del pasado diciembre, que son las que ahora se están notificando a los ayuntamientos, estaría justificado recurrir a un préstamo si se hubieran dado en aquel mismo mes o, a lo sumo, en enero pasado, pero 10 meses después el Gobierno ha tenido tiempo más que suficiente para habilitar una partida y pagar lo que tenga que abonar a los municipios.

Hasta ahora, el Gobierno catalán utilizaba dos métodos para pagar estas subvenciones por catástrofes: ofrecía a los ayuntamientos la suscripción del crédito o, si lo preferían, podían cobrar a plazos. Dos soluciones de endeudamiento encubierto típicas de situaciones en las que se da falta de tesorería. En esta ocasión, sin embargo, ha desaparecido el pago aplazado y sólo se ofrece la posibilidad de contraer un crédito.

La obligación de suscribir un crédito para cobrar una subvención a la que se tiene derecho, opinan los municipios, sirve para que el Gobierno catalán se endeude más sin que la deuda figure a su nombre y para disparar los gastos. 'Los notarios ganan mucho dinero con esta solución, pero es dinero del contribuyente que estaría mejor invertido en otras cosas', afirmó el concejal de uno de los municipios afectados.

Los intentos de conocer el importe de esta deuda resultaron infructuosos. El Departamento de Gobernación, que es el que gestiona estas subvenciones y los créditos oportunos, remitió al de Economía, que no pudo dar una respuesta precisa.

Josep Maria Pelegrí defendió la fórmula del préstamos que, dijo, es la misma que se ha utilizado siempre y negó que supusieran ningún tipo de carga para los municipios.

Este aspecto fue desmentido por la Federación de Municipios, cuyos responsables aseguraron que los ayuntamientos tienen que asumir la titularidad del crédito y la comisión de apertura, que es del 0,1% del total de la subvención. 'Una cantidad que no es importante, pero ése no es el caso. El asunto estriba en la obligación de endeudarse para cobrar lo que otro le debe'.

El asunto, sin embargo, es que el Gobierno catalán actúa de forma 'imaginativa' para aumentar su deuda y burlar las normativas que le impiden endeudarse, añadió la misma fuente.

Pelegrí sostuvo, en cambio, que se ha adoptado este sistema porque no se pueden presupuestar partidas para las catástrofes, siempre imprevisibles. 'El Gobierno no puede saber este año si el que viene lloverá, o nevará, o habrá incendios', dijo. No obstante, la legislación actual permite incluir en los presupuestos partidas con una cantidad mínima que sea ampliada cuando se conozca el importe necesario.

El diputado Joan Boada (ICV), que fue también concejal en Girona, aseguró que esta fórmula no sólo es utilizada para las subvenciones de catástrofes -las nevadas en este caso-, sino también de las riadas, en meses anteriores. 'El Gobierno catalán está obligando a los ayuntamientos a suscribir créditos en instalaciones deportivas. Les abona una parte mínima y hace de intermediario con el resto del presupuesto'. Y terminó preguntándose: '¿Cuál es la deuda real del Gobierno catalán?'.