Los otros muebles

Ya hay muebles de usar y tirar. Son funcionales, baratos -su precio oscila entre 6 y 36 euros- y están hechos de cartón de embalaje industrial. Y 'antes te cansas de ellos' que se estropean, explica Teresa Carratalá (Valencia, 1974), una de las socias fundadoras de Alternativas de Mobiliario, firma creada hace seis meses en Valencia y que empieza a ofrecer muebles de cartón bajo el nombre comercial Okupa. Teresa explica que la denominación es también la filosofía de esta empresa que quiere ofrecer una alternativa 'barata, original y funcional', un mueble 'efímero y fungible' que no pretende competir con el mobiliario de madera. 'Su público puede ser el mío', explica. Y para argumentarlo subraya que los vasos de plástico no dejan de comprarse aunque la gente tenga en casa otros de cristal.

Teresa colabora este año con FIM Cultural, un espacio de la Feria del Mueble ubicado en el velódromo Luis Puig y dirigido a promover la cultura del diseño del hábitat. Sus taburetes y mesas se utilizan en diversos espacios de estas instalaciones.

Empezó a trabajar con cartón de embalaje industrial para hacer maquetas mientras estudiaba diseño industrial en la Universidad Politécnica de Valencia. Era fácil de modelar. Una idea que ha retomado años más tarde y que 'sin tornillos ni pegamento' toma forma de sillas, sillones, estanterías, taburetes, mesas y pupitres.

Teresa asegura, por ejemplo, que el taburete aguanta 300 kilos de peso y también que ha visto a una persona de 90 kilos subida en una de sus estanterías. Es una explicación que da a menudo porque 'lo primero que te preguntan es si aguanta'.

El cartón es por el momento el centro de la apuesta de esta empresa que espera ver resultados en dos años. Pero no es el único material 'alternativo' que estos días puede verse en el recinto de FIM Cultural.

Luis Eslava, por ejemplo, es un diseñador valenciano integrante, junto a otros dos compañeros, del grupo de diseño Xiu Xiu. Este año presenta sus propuestas en Nude, espacio pensado como escaparate de los nuevos creadores. Y entre ellas hay una silla de botellas de plástico recicladas. Luis explica que la idea nació de la cotidianidad, cuando vivía en Palma de Mallorca junto a unos compañeros y empezaron a 'acumular botellas' de agua para reciclarlas. Luego pensó en darles una utilidad. A esta decisión le siguió un estudio de la estructura de la botella con el que averiguó que los tapones hacen de base del mobiliario y le dan resistencia. 'Con una botella no haces nada, pero con muchas sí', comenta. Otra de sus ideas es una lámpara de cartón y polipropileno, 'sin pegamento', y que desmonta y vuelve a armar en un par de minutos. Luis explica que se puede llamar muebles a estas propuestas porque cumplen la función y considera que serán una alternativa 'porque generamos mucha basura'.

Una idea que comparte Nacho Timón, estudiante de diseño industrial en la Univerdad Cardenal Herrera-CEU, en cuyo expositor presenta tres lámparas realizadas con botellas de leche, de plástico, y poco más. Nacho explica que la lámpara 'aguanta 24 horas' encendida sin que se derrita el plástico de la pantalla, que además se puede orientar. Y defiende una idea económica y ecológica con la que 'a partir de algo que la gente no quiere haces algo que sí quiere'.