La Iglesia católica de Cádiz y Ceuta acogió en 2001 a 2.455 inmigrantes, 39 de ellos bebés y 68 menores
La Red de Atención y Acogida de Inmigrantes del Secretariado Diocesano de Migraciones de la Iglesia católica de Cádiz y Ceuta cobijó y cuidó en el año 2001 a 2.455 inmigrantes indocumentados. Entre las personas atendidas había 564 mujeres, 68 menores y 39 bebés. Los datos, recogidos en la Memoria de migraciones del Obispado de Cádiz del año pasado, reflejan que, mientras los marroquíes optan mayoritariamente por quedarse en Andalucía, los inmigrantes procedentes de Nigeria y Sierra Leona prefieren afincarse en Madrid y en Cataluña.
Gabriel Delgado, delegado diocesano de Migraciones y presidente de la Asociación Cardijn, dirige un amplio equipo de agentes, comunidades y pisos de acogida que mantiene el Obispado. En estas casas, los inmigrantes recibieron asistencia sanitaria, laboral y jurídica, así como formación cultural y aprendizaje del idioma. De los atendidos, 1.105 procedían de Marruecos, lo que representa el 45 %; un 46 % (1.129) llegó desde Nigeria, Sierra Leona y del resto de África. Otros atendidos fueron rumanos, búlgaros, polacos y guatemaltecos.
Las mujeres, muchas de ellas embarazadas, representaron el 23% de los atendidos. Hasta 39 bebés y 68 menores fueron asistidos por el Obispado . Además, 2.136 de los 2.455 inmigrantes (87 %) tenían edades comprendidas entre los 18 y los 34 años.
La Memoria refleja que cerca del 70 % de los marroquíes procede de regiones del centro y del sur de este país, como Beni Melial, El Kelaa, Casablanca o Khoribga. Casi la mitad de los magrebíes se establece en Andalucía, sobre todo en Almería, un 36 % sale de la comunidad y sólo un 14 % viaja a otros países de Europa. Sin embargo, los inmigrantes de Nigeria o de Sierra Leona optan por Madrid en un 45 % y por Cataluña en un 24 %. Tan sólo el 18 % se queda en Andalucía.
47 cadáveres
Gabriel Delgado denunció que fueron recuperados 47 cadáveres el año pasado en aguas del Estrecho. 'Es el gran drama que clama al cielo y que exige unos flujos de inmigración regulados', afirmó. El presidente de Cardijn lamentó, además, la 'barbarie' que sufren muchas mujeres que acaban en redes de prostitución controladas por mafias, así como el 'horror' de 68 inmigrantes que sufrieron graves lesiones de quemaduras durante la travesía.
El delegado del secretariado de migraciones emplazó a los poderes políticos y a los medios de comunicación a no vincular inmigración con avalanchas y con delincuencia. 'Es una visión sesgada y malintencionada que convierte en problema un fenómeno positivo que aporta mucho al desarrollo de España. De ahí que los políticos tengan el deber de concienciar a la sociedad del bien que aportan estas personas y de apostar por una sociedad global de tolerancia, solidaridad y justicia', dijo Delgado.
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