Un borrón en el cincuentenario

Los actos del cincuentenario tienen un pequeño borrón. Siempre hay algo que se tuerce y escapa del control oficial, por muy mirado y ceñido esté todo. Un ciudadano donostiarra ha elevado una queja a la dirección del Zinemaldia por habérsele negado el regalo que la organización del festival había previsto, a modo de 'guiño' a los aficionados donostiarras al cine, para conmemorar una edición redonda. El obsequio consiste en un pase abierto a todos los actos del certamen. Sólo se exigen dos requisitos: ser nacido en San Sebastián y cumplir 50 años en los días en que se celebra el festival (del 19 al 28 de septiembre).

El damnificado vive desde hace 49 años en la capital guipuzcoana, luego no cumple la primera condición, según la organización. No recibió la entrada gratis y le han aguado el cincuentenario. El festival ha recibido la reclamación con tristeza, porque no previó la casuística. Acotó las normas de la iniciativa con un 'espíritu amable y cercano a la ciudadanía'. 'Se pusieron unos parámetros y unos límites porque así lo exigía la decisión de conceder el regalo', reconoció ayer un portavoz del Zinemaldia. Es un gaje del festival. La protesta va a veces implícita en las complejidades de una organización complejísima.

El 50 aniversario del Zinemaldia, pese a todo, sigue su curso. Hoy se rendirá un original recuerdo a la que ha sido durante muchísimos años el emblema del festival: el Teatro Victoria Eugenia, actualmente en obras de rehabilitación. Las vallas que rodean todo el perímetro del teatro serán el reclamo para una iniciativa en la que participarán 120 jóvenes, convertidos en improvisados artistas, pues 'pintarán en 50 apartados sus 50 maneras de decir 50'. Los laterales de la Plaza Okendo y el Paseo de República Argentina servirán de lienzo. La fiesta artística dará comienzo a las 12.00.