La pasarela de Nueva York propone un espíritu romántico
Custo Barcelona, Adrover y Fernández desfilan junto a las grandes firmas
La Gran Manzana ha sido esta semana el escaparate de la moda americana, cara a la próxima primavera-verano 2003, de firmas como Ralph Lauren, Calvin Klein, Óscar de la Renta, Marc Jacobs, Carolina Herrera y Donna Karan, además de varios diseñadores internacionales, como los españoles Custo Barcelona, Manuel Fernández, que desfila hoy, y Miguel Adrover. La mayoría de los diseñadores proponen un espíritu romántico y femenino.
Miguel Adrover presentó ayer su primer desfile despues del 11 de septiembre del año pasado cuando sufrió la quiebra de su productor Pegasus. Anoche resurgió de sus cenizas ante la prensa, compradores y adictos deseosos del triunfo del gurú mallorquín cuya colección desfiló en la pista central (Sala Pavillion) de los desfiles de Bryant Park en la calle 42.
Un espíritu romántico y femenino impregna los diseños de la gran mayoría de los diseñadores americanos con énfasis en tonos pasteles como rosa asalmonado, marfil, champán, celeste, verde-laguna, además del blanco, negro y plomo, y la combinación de tejidos ligeros y suaves como chifones, sedas, gasas o satenes con otros más rígidos como antes, napas, linos o lonetas. Irrumpe en este mar de tranquilidad nostálgica y utópica.
Custo Barcelona, la nota más joven, dinámica y divertida de la semana que corresponde a Custo Dalmau, cerebro de la marca, que vende unos tres millones de prendas anuales, que tiene previsto abrir 20 tiendas por todo el mundo durante este próximo año (en noviembre, en Manhattan, en la calle Broome) y que fabrica en Tailandia, España e Italia. Desde hace 12 temporadas desfila en Nueva York, sobre todo porque fue y sigue siendo su cliente más importante. Las famosas camisetas de originales diseños gráficos (plagiadas por todo el mundo) ya no son el eje principal de los desfiles, una pieza más en el puzzle de las colecciones que respiran vitalidad por los cuatro costados. En esta ocasión se basa en la fusión de Este y Oeste. Microcamisetas de aire sofisticado se complementan con prendas de algodón estampadas en tonos fucsias, rojos, turquesas, naranjas o verde lima con tules y gasas, chaquetas bordadas tipo vintage, largas faldas con capas de tul debajo, pantalones a la cadera de patas anchísimas, jugando con el patchwork de telas lisas con otras de dibujos chinescos, flores, gigantes crisantemos, cruces verdes o rojos sobre fondo crudo tanto para pantalones, faldas o botas, además del largo chaleco-chaqueta en denim con bordado de telas sobre maxifalda estampada con gorro inclusive y lucida por Nieves Álvarez, dieron una inyección de adrenalina a las 624 personas en la Biblioteca Pública de Nueva York. Existe una preocupación por parte de los profesionales americanos de la moda por el futuro de la Semana de la Moda Neyorquina por los triunfos mediáticos e inmediatos de jóvenes promesas cuyas firmas desaparecen después de una o dos temporadas por su falta de infraestructura. Algunos de los 'últimos gritos' son Zac Posen, de 21 años; Esteban Cortázar, de 18 años; Alvin Valley o Jack McCollough y Lázaro Hernández, de 23 años.
Las bazas fuertes siguen en Manhattan. La pasarela de Ralph Lauren opta por fusionar lo antiguo con lo nuevo a través de colores bañados por el sol, mezclando el lujo glamoroso para estampados de tejidos teñidos.
Calvin Klein (con Gwyneth Paltrow y Sandra Bullock entre el público) ha creado vestidos de líneas sencillas, pero realizados a base de cortes geométricos formando paneles y con bajos hasta la rodilla, ceñidos por el torso, con faldas evasé o envolventes con vuelo, o parkas-abrigos de seda sobre pantalones de loneta o faldas lápiz.
Donna Karan rescató imágenes de los años cuarenta y el glamour de las estrellas de Hollywood con vestidos evasé o con godets en bajos de las faldas que llegan a la rodilla, chaquetas ajustadas al cuerpo con ligero aire militar, con botones dorados y hombros cuadrados dotados de trabillas combinado con shorts, bodys con tirante alrededor del cuello, monos completos en punto de seda blanco o vestidos de noche con corpiño y falda de vuelo en lunares blancos y negros, complementado con sandalias de tacón.
Babelia
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