Una reforma estancada

El proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía valenciano sumó ayer un nuevo capítulo, dilatorio, como no podía ser de otra forma, a la vista de cómo se ha desarrollado la historia en los últimos tiempos. Socialistas y populares han cruzado repetidos envites al respecto, pero los meses pasan y el asunto todavía sigue en el aire.

El portavoz del Grupo Popular en las Cortes Valencianas, Alejandro Font de Mora, señaló ayer que para avanzar en el proceso es necesario 'clarificar el campo de juego' y aludió a una 'sensación de cierto confusionismo' generada por el 'nuevo planteamiento federalista de los socialistas'. Era otra referencia crítica a la reunión del líder de los socialistas valencianos con sus homónimos del ámbito de la antigua Corona de Aragón. Previamente, el candidato del PP a presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que se reunió ayer con la dirección del grupo en las Cortes, había señalado que los socialistas valencianos 'posiblemente tengan que aclararse exactamente sobre cuál es la propuesta que realizan' respecto a la reforma del Estatuto, así como 'con quiénes quieren hacerla, quiénes son sus compañeros de viaje y cuál es el modelo que se plantea'. Camps, como después Font de Mora, aseguró que el PP 'lo tiene muy claro', aunque ninguno de los dos explicó qué es lo que tiene claro.

Puig recuerda que el PSOE es un partido federal 'desde hace más de 100 años'

El portavoz del Grupo Socialista, Joaquim Puig, no tardó en contestar: acusó al PP de poner 'mil excusas' para no avanzar en el proyecto de reforma del Estatuto porque, según afirmó, los populares 'no pueden ni quieren avanzar en el autogobierno'. Puig recordó que el PSOE es un partido federal 'desde hace más de 100 años' y añadió que los socialistas han expresado claramente sus aspiraciones en torno a la reforma del Estatuto y que están 'abiertos' a pactar incluso en un periodo preelectoral como el actual en el que, según añadió, 'la oposición debería ser la más reticente a llegar a acuerdos'.

El cruce dialéctico venía a cuento de la polémica de la semana pasada por el encuentro de los dirigentes socialistas de los territorios de la antigua Corona de Aragón, que los populares han utilizado como arma crítica, enmarcada, según Puig, en 'una campaña sin sentido, sin argumento, más allá de intentar rescatar un puñado de votos perdido en el horizonte del pasado', en referencia al voto de Unión Valenciana. Esta estrategia, añadió Puig, ha llevado a que el PP hiciera 'quedar en ridículo' a la presidenta de las Cortes Valencianas, Marcela Miró, quien, tras la campaña de los populares contra los socialistas, no acudió a la reunión celebrada en Barcelona por los presidentes de los Parlamentos del área de la antigua Corona de Aragón. Miró sí participó en dos reuniones anteriores con sus colegas de Cataluña, Aragón y Baleares y tras la celebrada en julio del pasado año en Mallorca firmó un acuerdo en el que, entre otras cuestiones de interés común, se propone 'mantener abierto el estudio sobre complementariedad y sinergias en el campo socioeconómico de los territorios de la Antigua Corona de Aragón, impulsando el intercambio de información y de experiencias en este campo'. Es decir, casi lo mismo que propugnan los socialistas.