Amancio Ortega teje su segundo imperio
El dueño de Zara aprovecha la caída de Bolsa para ampliar su cartera de participadas
En 1975 surge el embrión de Zara, un imperio compuesto hoy por 1.278 tiendas en 32 países y cuyo valor en Bolsa supera los 12.000 millones de euros. Amancio Ortega, la primera fortuna de España (muy por delante de las familias March y Botín) y la número 25 del mundo, acaba de realizar su última inversión con la compra del 1% de Gas Natural por 87 millones de euros. Una nueva puntada en el segundo imperio que teje este empresario enigmático con sede en Arteixo (A Coruña).
Ortega ingresó 1.200 millones de euros con la salida a Bolsa del 26% del capital del grupo textil en mayo de 2001. El goteo ha sido continuo desde entonces. El empresario nacido en León (aunque afincado en Galicia), de 66 años, ya ha comprado participaciones minoritarias en Unión Fenosa, Vallehermoso, NH Hoteles, Iberdrola, Enagás, BBVA, Santander Central Hispano, Banco Espirito Santo, aparte de entrar en algunos fondos de inversión. Hay un pacto en Inditex para que no invierta en negocios que sean competencia de Zara u otras firmas del grupo textil.
Además, Dolores Ortega, sobrina del presidente y accionista de Inditex, ha comprado el 10% de Ibersuizas a través de la sociedad familiar Reordo. Las acciones de Inditex salieron al mercado el 23 de mayo de 2001 a 14,7 euros y cotizaban el pasado viernes a 19,85 euros, uno de los escasos valores del Ibex 35 que han aguantado la embestida de crisis bursátil.
Amancio Ortega, que sigue controlando el 59,23% del capital de un grupo en plena expansión (el último año vendió por valor de 3.249 millones de euros con un beneficio neto de 340 millones), anunció el pasado febrero que los fondos que consiguiera de la venta de parte de sus acciones en Bolsa las invertiría en renta variable cuando fuera el momento oportuno y en valores refugio. Si se pudiera comprar de forma anónima, así lo haría, según sus colaboradores.
Análisis y cautela
Ortega, cuya primera foto se publicó en la Memoria de la empresa en el año 2000, como imperativo para su salida a Bolsa, ha utilizado el mismo método en esta etapa que en la anteriores: cautela, análisis, valores poco especulativos y rentabilidad a largo plazo.
El director / asesor personal para estas inversiones que se diseñan totalmente al margen de Zara es José Arnau, hasta hace un año responsable de la Asesoría Fiscal de Inditex, el grupo que engloba a Zara, Massimo Dutti, Pull & Bear, Bershka y Stradivarius. Amancio Ortega realiza sus nuevas inversiones mobiliarias a través de las sociedades Kevlar y Alazán. Los valores inmobiliarios los reúne en la sociedad Pontegadea, mientras que la sociedad Gartler es la titular del 59,23% de Inditex.
Hijo de un ferroviario, Ortega es el prototipo del hombre hecho a sí mismo a base de intuición. Sus colaboradores dicen que ni le interesa el poder, ni figurar. Sólo quiere disfrutar de su proyecto de negocio que no tiene inconveniente en explicar a los grupos de estudiosos universitarios, sociólogos, profesores o consultores que acuden a Arteixo desde todos los continentes. Ortega va a diario a su despacho y aunque no es cierto el mito de que supervisa hasta el último patrón de las prendas, está al tanto del día a día en perfecta sincronía con José María Castellano, vicepresidente y consejero delegado y espina dorsal del desarrollo de Inditex. Tanto Ortega como Castellanos han recelado de los modelos de gestión donde las estrategias sofisticadas y el humo se confundían.
El pasado verano fue la primera vez en su vida que Ortega disfrutó de 15 días de vacaciones y para ello eligió las islas Baleares. Vive sin grandes lujos y el único capricho que se ha concedido es crear un club hípico cerca de Arteixo, donde practica este deporte su hija menor. Está casado en segundas nupcias con Flora Pérez, tiene tres hijos y ninguno de ellos está ligado a la gestión de Zara.
Según los analistas, la clave del éxito es su método de integración vertical (la única firma del sector que hace desde la fabricación a la venta) en un tiempo de cinco semanas desde que se diseña hasta que vende en el estante. Las tiendas de Zara están en lugares estratégicos de las ciudades y la rotación de la ropa se hace dos veces por semana. Otro factor es la carencia de publicidad. Mientras sus competidores gastan el 3,5% de las ventas en publicidad, esta firma sólo destina el 0,3% y en periodo de rebajas. Sus escaparates son su mejor mensaje, dicen en la empresa.
En 1988, Zara decidió salir al extranjero y hoy la mitad de sus tiendas están fuera del territorio español. Fuentes de la empresa gallega no se dan por aludidos por el presidente de la patronal del textil española, Juan Canls, quien ha pronosticado una caída de las ventas para este año y una pérdida de empleo. Fuentes de Zara señalan que pretenden seguir el mismo ritmo de crecimiento en ventas (el 26% de tasa media anual acumulativa entre 1996 y 2001) y del 36% en beneficio neto en ese mismo periodo. La plantilla pasó desde los 8.412 empleados de final de 1996 a los 26.724 de final de 2001.
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