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Reportaje:OFERTAS DE EMPLEO

Estudiantes en el tajo un día por semana

El responsable de Formación de la OCDE sugiere exportar a España una experiencia que ya funciona en tres países

Los jóvenes españoles son los occidentales que más tardan en encontrar un trabajo cuando acaban sus estudios. Expertos en formación de la OCDE recomiendan fomentar la figura del aprendiz e incorporar el trabajo en empresas en la enseñanza secundaria.

Un día a la semana los alumnos de enseñanza secundaria abandonan las aulas y encaminan sus pasos hacia diferentes empresas en las que empiezan a curtirse para su futura vida laboral. No son actividades extraescolares, sino una parte perfectamente integrada en el calendario académico. Situaciones como ésta se suceden en Suecia, Finlandia y Australia con considerable éxito.

Desde que los jóvenes españoles acaban sus estudios hasta que logran un empleo indefinido pasa un promedio de cinco años

¿Por qué no extender esta experiencia a otros países de similares características socioculturales, entre ellos España? La propuesta, una entre varias, se escuchó la semana pasada en Madrid en el transcurso del seminario Fracaso escolar y transición a la vida laboral, organizado por la Fundación por la Modernización de España.

Si el alumno no va por su cuenta a la empresa, la escuela debe llevarle. Quien expuso esta rompedora iniciativa ante los oídos atentos de los asistentes fue Richard Sweet, administrador principal de la división de Formación y Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Y lo hizo tras repasar los aspectos mejorables que debe afrontar en España la inserción laboral de los más jóvenes.

Tras elogiar los avances que se han producido en España durante los últimos años, tanto en reducción del fracaso escolar como en nivel de inserción profesional temprana, Sweet recordó que, pese a todo, la proporción de los jóvenes españoles en paro está todavía 2,5 veces por encima de la media del conjunto de países de la organización internacional. Además, desde que aquéllos acaban sus estudios (en cualquiera de sus niveles) hasta que logran un empleo indefinido pasa un promedio de cinco años, un tiempo notablemente superior al de los países de su entorno.

Álvaro Marchesi, ex secretario de Estado de Educación durante la etapa socialista y asesor de la Fundación por la Modernización de España, culpa de esta situación a 'la excesiva rigidez de nuestra mentalidad, que nos lleva a separar muy pronunciadamente el mundo educativo del mundo laboral'. En su opinión, todas las iniciativas que sirvan para diluir las fronteras entre estos dos ámbitos deben ser bienvenidas. A pesar de ello, Marchesi reconoce que la experiencia puesta en marcha en Suecia, Finlandia y Australia, resulta muy difícilmente exportable a España (salvo en el caso esporádico de los estudios de Formación Profesional) debido a esa misma cultura de compartimentos estancos.

Alternativa al aprendiz

Richard Sweet comentó que la idea de sacar a los alumnos de entre 14 y 18 años de las escuelas para foguearlos en la vida de las empresas constituye 'una alternativa a considerar' en aquellos casos en los que el fomento a gran escala de la figura del aprendiz, otra de sus propuestas tomada del modelo alemán, no llegue a cuajar. Sin negar las dificultades que conlleva, entre otras cosas por las reticencias a implicarse en estos programas que muestran los empresarios y los profesores, sí recuerda la buena acogida que ha tenido entre los estudiantes de aquellos países que se han atrevido a poner en marcha la experiencia.

Al respecto, el alto cargo de la OCDE recordó que España es uno de los países europeos en los que menos se repite la figura del estudiante que trabaja: menos del 10% de los estudiantes, muy lejos del 65% que se registra en Dinamarca o el 55% de Holanda.

Algo similar ocurre con respecto a la posibilidad de entrar en programas de formación de aprendices: en España el número de estudiantes en esta situación apenas llega al 2% del total, frente al 60% de Alemania y Suiza, y el 40% de Austria y Dinamarca. En opinión de Sweet, en España se hace un uso aún muy limitado de estos contratos de formación.

Otra de las recomendaciones de la OCDE a España para reducir los periodos de inserción laboral de los jóvenes es el fomento de los contratos a tiempo parcial, ya que la oportunidad de combinar este tipo de trabajo remunerado con los estudios se ha demostrado como un método muy eficaz de encontrar ocupación al acabar la vida académica. Sweet incidió al respecto en la necesidad de eliminar 'rigideces y proteccionismos' en el sistema de contrataciones, algo que se da sobre todo en países como Grecia, Italia y España, y que 'origina largos periodo de acceso al trabajo'.

Para el responsable educativo de la OCDE, países como España, Portugal, Grecia e Italia tienen todavía bastante camino que recorrer para lograr esta atmósfera de mercado laboral atractivo y amistoso para los jóvenes.

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