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La policía halla en un chalé las últimas obras de arte robadas a Esther Koplowitz

Las obras estaban a punto de salir de España, supuestamente para un 'narco' colombiano

Los siete cuadros que faltaban por recuperar del robo perpetrado el 8 de agosto de 2001 en la casa de la empresaria Esther Koplowitz estaban colgados en la paredes de un chalé adosado de Platja d'Aro (Girona) que la policía reventó el domingo. La vivienda había sido alquilada en junio por una mujer, cuyo seguimiento permitió el hallazgo de las obras -entre ellas, La caída del burro, de Goya-, que estaban a punto de salir de España para recalar en Colombia, presumiblemente para decorar la mansión de un narcotraficante, según sospechan fuentes conocedoras del caso.

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Diez de las 17 pinturas robadas -inicialmente se denunciaron 19, pero el anónimo Banquete con Orquesta y el de Emilio Sánchez Perrier Rower on a quiet river fueron hallados en otras casas de la empresaria tras hacer inventario- fueron recuperadas los días 20 y 21 de junio junto a un hotel de Madrid gracias a una trampa tendida por la policía a los presuntos ladrones: Juan Manuel Candela Sapieha y Ángel Suárez Flórez, Casper. Ambos intentaron vender Las tentaciones de San Antonio, de Pieter Brueguel, a un perista americano que resultó ser agente del FBI.

Las investigaciones posteriores determinaron la implicación en el robo de una mujer de origen suramericano que en junio había alquilado un chalé adosado en el número 27 de la calle Zafiro de Platja D'Aro. La policía puso la casa bajo vigilancia y comenzó a seguir a la mujer. Pero ni la casa recibió visita alguna desde entonces -las persianas permanecían cerradas mientras la hierba del pequeño jardín se elevaba dos palmos- ni la mujer mantuvo durante su estancia en España contactos con personas relacionadas con la banda.

La policía confirmó las sospechas que ya les asaltaron en diciembre -cuando detuvieron a los asaltantes y los soltaron por falta de pruebas- de que el destino final de las obras pasaba por Colombia. Las autoridades españolas se pusieron en contacto con la Fiscalía General de Colombia y el viernes pasado varios agentes españoles volaron a Bogotá, ante el convencimiento de que un potentado del narcotráfico se había interesado por colgar algunas de las obras en su mansión a salvo de miradas indiscretas.

El domingo se decidieron a actuar, ya que creían que 'se podría estar preparando la salida de las obras de España', según aseguró ayer el ministro del Interior, Ángel Acebes. Los policías reventaron la puerta de la casa, que disponía de un garaje conectado con la cocina, y se encontraron colgados en las paredes como láminas de imitación estas obras: La caída del burro, de Francisco de Goya; Guitarra sobre una silla, de Juan Gris; Claro de Sol de Otoño en Sierra de Guadarrama, de Carlos de Haes; Paisaje Marino, de Lucas; Porto D'Anzio, de Francisco Pradilla y Ortiz; La Casita de muñecas, de Foujita, y L'avenue du bois de Bologne, de Lor Luigi.

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La casa -de unos 200 metros divididos en dos plantas de vivienda y un garaje-sótano- estaba decorada también con algunas de las 18 estatuillas griegas, egipcias y orientales sustraídas a la máxima accionista de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) y otras dos (una figura egipcia azul y otra de un búho) cuyo origen está por amarrar al 100%. Las figuras estaban sobre muebles u ocultas en armarios entre ropa de cama, en la que también estaba envuelta una pistola automática Glober de nueve milímetros. No hubo detenidos.

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) ha tardado exactamente 13 meses en recuperar la práctica totalidad de las obras sustraídas en la casa de Esther Koplowitz, ya que aún están perdidas cinco estatuillas. 'Esta operación demuestra que la española es una de las mejores del mundo', sentenciaba Acebes poco antes de que la empresaria hiciera público un comunicado de agradecimiento al ministro, la Dirección General de la policía y la Fiscalía General de Colombia 'por el enorme esfuerzo y excelente trabajo realizado'.

Las obras, no obstante, aún tardarán en volver a la casa de la empresaria. Los cuadros y las estatuillas, algunas de ellas muy manipuladas, serán trasladadas desde la Jefatura Superior de Policía de Cataluña al Museo del Prado, donde serán examinados y, si es necesario, restaurados. Y las pesquisas, además, no han acabado.

Las policías española, colombiana, suiza y británica siguen trabajando para cerrar el círculo del robo, que se abrió gracias a Luis Miguel del Mazo López, el vigilante que dio la información y facilitó a los atracadores el acceso a la vivienda en obras. Quedan por resolver varias incógnitas, como saber si el robo fue por encargo, quién lo ordenó, cómo iban a salir las obras de España (se sospecha que por mar) y qué organizaciones internacionales están implicadas.

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