Curarse con el Gran Hermano
El protagonista de Terapia, Graham Blake, es el acaudalado dueño de una empresa de productos ecológicos que, ante la presión de aliados y competidores, sufre una crisis de ansiedad. Para levantarle la moral, el doctor Tolgate lo somete a su terapia, un Gran Hermano unipersonal: Blake observa la vida de una humilde familia, mediante las cámaras ocultas en su vivienda, y debe tomar decisiones acerca de lo que le ocurrirá a cada uno. Hasta que averigua que son sólo actores orquestados por Tolgate; así que Blake va a la búsqueda de la 'auténtica' familia, la que había servido de modelo, y vive un calco de su primera peripecia, en una superficial imitación de Vértigo, de Hitchcock. Al final, un expediente de realismo mágico.
TERAPIA
Ariel Dorfman Seix Barral. Barcelona, 2002 221 páginas. 15,03 euros
Los escenarios principales son Filadelfia y Houston; la presencia de hispanos entre las familias pobres de Terapia parece convenir a un producto notoriamente concebido para funcionar al mismo tiempo en el mercado norteamericano, en América Latina y en España. Dorfman (nacido en Buenos Aires en 1942, aunque de nacionalidad chilena, reside desde en EE UU, y ha escrito en inglés sus últimos libros), en las páginas finales de Terapia, tras dar testimonio de su felicidad familiar y agradecer a sus agentes literarios norteamericanos, reconoce el 'también sustento incesante de parte de mis múltiples editores en España y en América Latina'. En este punto, se comprende que este autor llega al final de un ciclo: el que comenzó en 1972, cuando consiguiera rápida celebridad con la publicación de un curioso ensayo, Para leer al Pato Donald, en el que afirmaba: 'Mientras su cara risueña deambule inocentemente por las calles de nuestro país, mientras Donald sea poder y representación colectiva, el imperialismo y la burguesía podrán dormir tranquilos'.
Treinta años más tarde, Dorfman -que recientemente recopiló sus 'cuentos casi completos' en Acércate más y más (Siglo XXI)- se ha convertido en un sonriente personaje al estilo de la familia Disney: escribe en un estilo internacional unas parábolas morales -autotraducidas con sorprendente descuido al castellano- de presunto valor universal, pero vinculados de manera muy visible al 'american way of life' o, como prefería llamarlo en el libro sobre Donald, el 'american dream of life'. El reparo no reside en la conversión de un intelectual a aquello que repudió en su juventud. Lo singular, en Dorfman, es el escaso interés de su obra narrativa, cuya entidad se escurre en el abismo abierto entre todas las imposturas que, dentro de cada uno de los textos, forcejean entre sí.
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