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Mil teólogos debaten en Madrid sobre globalización y lucha de clases

El ateo Vázquez Montalbán abre el congreso de la Asociación Juan XXIII

'¿Qué hace un ateo como yo en un congreso de teólogos?'. Manuel Vázquez Montalbán se hacía anoche esta pregunta retórica poco antes de pronunciar la primera ponencia del XXII Congreso de Teología que se celebra en Madrid, organizado por la Asociación Juan XXIII. El tema a debate será Cristianismo y globalización, palabra esta última que concita, según Vázquez Montalbán, a la lucha de clases en este inquietante siglo XXI.

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Unos mil teólogos llenaron el salón de actos de Comisiones Obreras donde la Asociación Juan XXIII celebra sus congresos desde que la jerarquía de la Iglesia católica quiso prohibirlos. Los debates se prolongarán hasta el domingo con mayoría de mujeres entre los asistentes y ponentes, muchas de ellas religiosas y otras tantas dedicadas a la enseñanza de la religión católica en la escuela pública.

En los pasillos, además del bullicio habitual de organizaciones vendiendo libros y otros materiales religiosos, se respiraba anoche un ambiente de regocijo y fraternidad porque, como había subrayado Enrique Miret Magdalena en el discurso inaugural, están ya 'sorprendentemente en la veintidós edición y hemos superado los avatares negativos que han venido de todos los frentes, pero muy especialmente de los que debían estar interesados en su celebración, que son los pastores de la Iglesia española'.

Libertad contra justicia

Miret, teólogo seglar, es el presidente de la Asociación Juan XXIII y, superados con creces los 80 años de edad, se declaró ayer un 'creyente inquieto y sorprendido' por algunos comportamientos y documentos oficiales de la jerarquía del catolicismo, aludiendo, entre otros, al 'comportamiento de algunos obispos con los profesores de religión'.

'Muchos son los que hartos de la incomprensión y la postura egocéntrica de la jerarquía, sólo preocupada de conservar su hegemonía, se han apartado de nuestra Iglesia', añadió Miret. Sobre la globalización, 'que vivimos sin norte positivo para los demás', proclamó que 'es mala y hay que combatirla'. 'La libertad no puede ir contra la justicia. ¡Viva la libertad y la justicia, y nunca la una sin la otra!', exclamó después de reclamar una globalización alternativa que favorezca a los más débiles, por ejemplo con la tasa Tobin, la renta básica de ciudadanía y la lucha contra todo tipo de corrupción.

El escritor Vázquez Montalbán, marxista impenitente y sin disimulo, se encontró a gusto entre los teólogos del congreso, a los que abundó en la tesis antiglobalización con una ponencia, la inaugural del congreso, en la que relacionaba el conflicto 'entre globalizadores y globalizados' con la lucha de clases. 'Si en la etapa de la esclavitud, los dos sujetos contrapuestos fueron amo y esclavo, posteriormente sustituidos por señor feudal y burgués, y a continuación por el burgués y el proletario, el desarrollo del capitalismo durante el siglo XX ha conducido a la emergencia del conflicto entre globalizadores y globalizados', explicó.

La ironía de Vázquez Montalbán -'¿Qué hace un ateo como yo en un congreso de teólogos?'-, reída con ganas por los asistentes, fue satisfecha con creces por el orador, que alabó la conciencia crítica y el papel importante de muchos cristianos para plantar cara a los explotadores en favor de los pobres, frente a una izquierda política, dijo, 'que fue a Porto Alegre a buscar ideas porque está agotada'.

La relación de Vázquez Montalbán con los cristianos, en todo caso, viene de lejos, de los años cincuenta. Como luchador clandestino contra la dictadura franquista coincidió con creyentes cristianos como Alfonso Carlos Comín y el cura Jesús Aguirre, futuro duque de Alba consorte, y con Nicolás Sartorius, entre otros, integrantes del Frente de Liberación Popular (Felipe) o de Cristianos por el Socialismo.

La voz crítica del autor de Crónica sentimental de España vuelve a coincidir ahora con esa orilla del catolicismo, y puso ayer sobre la mesa un concepto escondido, pero no agotado: la lucha de clases. 'Ya no se utiliza la fórmula, pero está ahí, mientras existan los que acumulan la riqueza, por el solo afán de acumular, y los que están sumergidos, los perdedores sociales', dijo.

'El gran inquisidor'

La cultura economicista y globalizadora 'extirpa el lenguaje, lo escamotea' -como cuando los barrenderos pasaron a llamarse, en la dictadura, trabajadores de la limpieza, y así quedaron-, pero Vázquez Montalbán señaló ayer por su nombre dónde se esconde la nueva trinidad de la globalización: El gran hermano. El gran consumidor. El gran inquisidor. 'Lo que está diferenciado es el estuche, pero el contenido es el mismo: es el pensamiento único, lo políticamente correcto', afirmó. En este 'desorden disfrazado de nuevo orden internacional que se ha heredado de la guerra fría', Vázquez Montalbán recupera el término de la 'lucha de clases', que nada tiene que ver, como piensan algunos políticos, con la lucha de frases. Sobre su vigencia, Vázquez Montalbán ironizó, ante el congreso de los teólogos de la Asociación Juan XXIII, con el uso de la memoria. 'La lucha de clases fue suspendida por decreto ley por el general Primo de Rivera, junto a las corridas de toros. Ya no se utiliza la formulación, pero está ahí: por un lado los que acumulan, y enfrente los perdedores sociales', sañaló.

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