El turismo salva a Argentina
La caída del peso 'inunda' Buenos Aires de visitantes de los países vecinos
Si antes los turistas argentinos solían viajar a Miami, y cuando entraban a las tiendas decían 'déme dos', la devaluación del 72% del peso ha derivado en que, este año, sean los viajeros brasileños, chilenos, uruguayos, bolivianos y paraguayos quienes salgan de compras por Buenos Aires.
Cuando un peso equivalía a un dólar, Argentina resultaba cara hasta para un europeo. Pero desde que la divisa norteamericana cotiza a 3,65 pesos, los adinerados de los países vecinos comenzaron a viajar a la antes llamada París suramericana por dos o tres días, a la caza de ropa, piel, calzado, antigüedades y discos compactos. Lejos de temer la ola de inseguridad que azota a suburbios de Buenos Aires, aprovechan para comer un bife de chorizo (chuletón de ternera) por dos euros o beber un buen vino de Mendoza por cinco.
La encargada de un local de Zara explica que los turistas de Ecuador y México 'arrasan, se equipan de los pies a la cabeza'
'Está todo muy barato, pero me da vergüenza comprar tanto', comenta Marcia, ecuatoriana de visita por la capital argentina. No le sucede lo mismo a sus compatriotas. La encargada de un local de Zara comenta que los turistas de Ecuador y México 'arrasan, se equipan desde los pies a la cabeza y adoran las chaquetas de piel', que pueden costar 135 euros. Una camisa de Polo Ralph Lauren se puede conseguir a 27. Los demás viajeros suramericanos también compran, pero menos, aunque no tan poco como los argentinos. 'Estamos manteniendo las ventas gracias al turismo', reconoce la empleada de Zara, en coincidencia con otros locales de ropa del centro porteño.
Los chilenos también suelen cruzar los Andes para ir a Mendoza, mientras que el contrabando fronterizo que antes provenía de Paraguay y Bolivia ha cambiado de sentido. Los centros de esquí de Argentina, como Bariloche, Las Leñas o Penitentes, están apuntando a salvar el invierno austral con los visitantes chilenos y brasileños.
Unos 1,8 millones de viajeros extranjeros visitaron Argentina en el primer semestre, lo que supone un aumento del 4,4%. Los hechos violentos que acompañaron la caída del Gobierno de Fernando de la Rúa, en diciembre pasado, atemorizaron a los turistas: en enero y febrero (la temporada de verano austral) llegaron un 15% menos. Europeos y norteamericanos continúan reacios a visitar Argentina, pero los latinoamericanos tomaron confianza a partir de marzo y revirtieron la tendencia.
El Gobierno de Eduardo Duhalde, necesitado de divisas para superar los cuatro años de crisis económica, sueña con un crecimiento del 20% del turismo receptivo para este año. Sin embargo, las últimas devaluaciones de Brasil y Uruguay pueden rebajar esas expectativas. El gerente general del hotel Sol Meliá de Buenos Aires, Guillermo Díaz, admite que la ocupación de las habitaciones se ha incrementado del 60% de media del año pasado al 80% en la actualidad. 'Es por los turistas de países vecinos que vienen de shopping', explica Díaz. No obstante, está disconforme con el nuevo escenario. El hotel apunta a los hombres de negocios de Europa y Estados Unidos, pero la afluencia de esta clase de huéspedes cayó el 60%. La depreciación del peso también devaluó las tarifas de las habitaciones en un 40%, medidas en euros. Los nuevos precios resultan viables, según Díaz, siempre y cuando se mantengan los costes en pesos. El ejecutivo de Sol Meliá considera que el actual nivel de precios de Argentina, que pasó de país más caro de Latinoamérica a uno de los más baratos, durará sólo un tiempo.
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