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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

LA HISTORIA DE UNA MUJER LIBRE

Salma Hayek defiende su 'Frida': 'Sólo en los cuentos infantiles hay gente feliz', declara la actriz en Venecia.

Salma Hayek defendió ayer en la Mostra la autenticidad de Frida, la película de la que es productora y protagonista, con una determinación que da una idea de su personalidad. Tanto celo se justifica seguramente por la devoción que siente por la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954), casada dos veces con el gran muralista Diego Rivera, y muerta prematuramente tras vivir en perpetua agonía física desde el terrible accidente de tráfico que selló su vida en 1925. La actriz respondió sin una sola vacilación a las preguntas que insinuaban que la película, realizada por la poderosa Miramax, cojea un poco del lado de la credibilidad, presentándose en algunos momentos como un producto edulcorado y falso, al estilo de Hollywood.

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SALMA HAYEK DA VIDA A UNA 'FRIDA' MUERTA

La artista a la que da vida Salma Hayek, pese a todos los sufrimientos de su cuerpo y de su espíritu aparece hermosa e impecable prácticamente en todas las secuencias. Su marido, el pintor consagrado y excesivo -el papel de Diego Rivera está interpretado por Alfred Molina, que apenas intervino en la rueda de prensa- es descrito como una especie de compulsivo Don Juan capaz, pese a las muchas infidelidades, de amar hasta el final. ¿Acierta la película a recrear la dimensión transgresora y atormentada de la vida de Frida? Alguien en la sala de prensa preguntó a Salma Hayek si, en su opinión, la Kahlo llegó a ser feliz. 'No lo creo, nadie es feliz', respondió en inglés. 'Consideraría un insulto que se me dijera que Frida Kahlo aparece como una persona feliz en la película', dijo la actriz, diminuta en su vestido malva claro. 'Sólo en los cuentos infantiles hay gente feliz', añadió.

La actriz defendió también su derecho a 'ser' Frida en esta producción tormentosa, que comenzó a fraguarse hace siete años y no vio la 'luz verde' hasta 2001, cuando se decidió que sería Julie Taymor su directora. 'Yo tenía que ser Frida', dijo la actriz mexicana, 'era una idea fija en mí desde que tenía 14 años. Quería llevar a la pantalla la historia de Frida Kahlo y de Diego Rivera, porque es una historia nuestra, de México y de los mexicanos, que presenta a mi país y a mis compatriotas como normalmente no se les ve en el cine y en una etapa de la historia en la que los artistas y pensadores más sofisticados del mundo se daban cita en México. Además quería contar la historia de Frida porque era una mujer completamente libre, un verdadero individuo, sin miedo a nada'.

Ni Hayek ni la directora del filme, Julie Taymor, quisieron explicar cuánto hay de ficticio y cuánto de verdadero en la historia de los amores de Rivera y Kahlo que retrata la película. 'Todo depende del punto de vista. Eran gente pública, enormemente famosa en el caso de Diego Rivera', dijo Taymor, 'y los testimonios que hemos recogido de su vida varían según los diferentes testigos'. 'Lo único que puedo añadir', dijo Hayek, 'es que hemos recogido testimonios espeluznantes sobre los sufrimientos de esta mujer, sobre las intervenciones quirúrgicas a las que tuvo que someterse, pero no hemos querido representarlo'. A Salma Hayek, que ha competido duramente por el papel con 'superdivas' como Madonna y Jennifer López, le parece que una película de estas características (biopic, dijo en inglés) tiene que girar en torno a una idea central. 'Amadeus que es una de las películas más bellas que he visto', añadió la actriz, 'se refiere a la envidia. Frida es la película de la capacidad de resistencia de una persona y de un amor indestructible'.

Rodada en México, en algunos de los escenarios frecuentados por Rivera y Kahlo, Frida es, según su directora, 'una película de presupuesto pequeño, unos 14 millones de dólares' un detalle que la distancia de las superproducciones de Hollywood. Aunque la factura del filme y el reparto de actores secundarios, entre los que figuran Antonio Banderas y Edward Norton, contribuya a dar otra impresión.

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