A la intemperie
La lluvia ha vuelto a poner de manifiesto lo tercermundista que son a veces los servicios públicos de este país. La línea de autobuses que va desde Valencia hasta El Perelló, una vez pasado el pueblo de El Saler, no cuenta en sus paradas -y son varias- con ninguna marquesina que proteja a niños y ancianos de la lluvia, el viento y el sol plomizo durante las esperas. Esperas muchas veces agravadas por los atascos. La compañía de autobuses y el Ayuntamiento deberían solucionar un problema que cuesta muy poco dinero y que mejoraría el servicio.
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