EL FÚTBOL EUROPEO SE VA DE REBAJAS
Los clubes españoles invierten 92,3 millones de euros en fichajes, 211 menos que el verano pasado, la cifra más baja de los últimos siete años
Summerbee y McKinlay, dos modestos futbolistas británicos, van a jugar gratis en el Leicester, de la Segunda División inglesa. Sí, gratis. Serán los primeros amateurs en la competición desde que esta categoría fuera abolida en Inglaterra en 1970. 'Obviamente, no es una situación ideal', ha comentado Summerbee en el periódico The Guardian, 'pero prefiero jugar por nada antes que quedarme sentado en mi casa viendo los sábados el fútbol por la tele'.
Sirva este ejemplo extremo para explicar que el fútbol europeo ha abandonado su locura inflacionista de los últimos años. Ha aterrizado en la realidad. El Fiorentina -ganador de dos scudettos, en 1956 y 1969- ha desaparecido del mapa, acuciado por las deudas, después de 76 años de legendaria historia. Las estrellas más multimillonarias -Recoba, Vieri y Ronaldo-aceptan reducir sus salarios. Algunos consagrados se quedan sin equipo: Roa y Amato se pasaron julio entrenándose en el Atlético Balear, de Tercera, hasta que a Amato le apareció el Levante, de Segunda. Hay veteranos que se encuentran casi en la calle: Engonga, Amor, Mijatovic... El campeón de la Liga, el Valencia, no ha podido fichar a un lateral derecho por tres millones de euros. En suma, los clubes españoles han reducido drásticamente su gasto en fichajes destinando a este capítulo 92 millones de euros, 211 menos que el año pasado y 358 menos que hace dos.
El Manchester United, con sus enormes ingresos, supone la excepción a la regla
Sólo el deseo irreprimible de Ronaldo de abandonar el Inter y fichar por el Madrid ha animado el mercado más escuálido de los últimos diez cursos. Acostumbrado a grandes dispendios en los últimos veranos, el vigente campeón de Europa también ha notado el bocado de la crisis, sobre todo porque no ha podido deshacerse de algunos jugadores que cobran demasiado y no quieren marcharse de Chamartín.
El modelo económico a seguir por todos los clubes europeos es, sin duda, el del Manchester United, una mina de oro gestionada como una multinacional del mundo del espectáculo. El año en el que se ha descubierto la pobreza, el Manchester abonará 46,8 millones de euros al Leeds por un defensa central, Ferdinand. Todo tiene su explicación: en un partido en casa de los jugadores entrenados por Alex Ferguson, unas 15.000 personas entran en la tienda de su estadio y dejan en su caja 156.000 euros; por el contrato con Nike, de 13 temporadas a partir de ésta, el club ingresará 472,6 millones de euros, y por el acuerdo con Vodafone, que implica llevar el nombre de la compañía telefónica escrito en la camiseta, 13,6 millones por campaña.
Pero el Manchester es la excepción a la regla. Incluso los ases mundiales del balón se han unido al debate de la austeridad. Zidane dijo que, si el Madrid se lo pidiera, él también estaría dispuesto a disminuir sus emolumentos. Pablo Rodríguez, un argentino del Niza, pasó a la acción rebajándose el sueldo un 30%. Por contra, Maldini, el capitán del Milan, se niega a ceder nada de lo firmado: 'Cobro lo que me merezco. La culpa es de los directivos, que abonan grandes cifras a jugadores normalísimos', declara.
Los clubes han tenido que soltar lastre. El Barcelona se desprendió de una de las estrellas de la pasada Copa del Mundo de Corea y Japón, el brasileño Rivaldo, porque no podía soportar su ficha de más de seis millones de euros netos por temporada. Y el jugador, que quedaba libre, aceptó percibir casi la mitad en su nuevo club, el Milan. Pero el Barça también le ha sacado partido a este periodo de vacas flacas y se ha traído al Camp Nou al estelar argentino Riquelme por 11 millones de euros, menos de lo que, por ejemplo, le costó al Valencia la temporada pasada un centrocampista voluntarioso como De los Santos (15,3 millones).
Los futbolistas le han visto las orejas al lobo. Amato y Roa, hace cuatro años finalistas de la Copa del Rey con el Mallorca de Héctor Cúper, han sudado tinta buscando una oferta decente. El internacional ruso Karpin se dejó caer por los entrenamientos del que ha sido su equipo en los últimos años, el Celta, pero el club vigués no ha querido renovarle. Así que ha tenido que volver a sus orígenes en la Real Sociedad.
¿Y qué decir de Urzaiz, el cotizado delantero del Athletic, que tenía la carta de libertad en la mano a finales de la pasada campaña? Se pasó tres meses exponiéndola en el mercado sin que nadie le hiciera la propuesta que pretendía. Hasta que no le quedó más remedio que seguir en el Athetic y salir diciendo que siempre había querido continuar en Bilbao.
¿Quién vio jugar por última vez a Iván de la Peña? El Espanyol pensó en él como estímulo para aumentar el número de sus abonados, pero el cántabro se negó a rebajar sus honorarios. En este contexto, al central argentino Ayala, del Valencia, se le acabó de golpe la cantinela de reclamar el aumento de sueldo que le había prometido el ex presidente del club, Pedro Cortés, antes de marcharse. No está el horno para bollos.
Salvo el Madrid y el Barcelona, que ya tienen sus contratos televisivos renovados, los otros 40 clubes profesionales negociarán los derechos de imagen a partir de junio de 2003, fecha en la que termina el actual. Y saben que van a tener que hacerlo a la baja habida cuenta de que las plataformas digitales sólo ofrecen a la Liga la mitad de lo que ésta les pide. Ha sucedido otro tanto en el resto de Europa. ITV Digital, en Inglaterra, y el grupo Kirch, en Alemania, entraron en suspensión de pagos. Y en Italia la emisora pública, la RAI, ha planteado a los clubes reducir a casi la mitad la cifra pagada por los derechos de transmisión de partidos, que la campaña pasada fue de 88,8 millones de euros, y el comienzo del campeonato se ha retrasado.
El árbol de la Liga se ha movido poco. Los 91 fichajes de la anterior pretemporada se han convertido en 65 en la presente, de los cuales 40 han llegado cedidos o con la carta de libertad. Seis equipos no han invertido ni un euro. Y a los grandes clubes ya no se les caen los anillos por hacerse con jugadores cedidos: el Barça ha recuperado así para la Liga a Mendieta, devaluado el pasado año en el Lazio.
El que no se ha dado por aludido en esta profunda depresión es el Atlético de Madrid, que, en su regreso a Primera, ha gastado 20,2 millones de euros en ocho jugadores. Es el segundo en el escalafón de los clubes que más han invertido, tan sólo superado por el Deportivo (24). A falta de un Figo, un Zidane o un Aimar, la adquisición más cara ha sido la de un defensa portugués de escaso nombre: Andrade, por quien el Depor abonará 13 millones de euros. Al arrebato en la contratación se ha unido otro recién ascendido, el Recreativo, que ha conformado una plantilla nueva con 15 refuerzos, si bien sólo ha pagado 60.000 euros por el delantero Kaiku. El tercer ascendido, el Racing, ha apostado por la cantera y por dos israelíes sin cartel.
Inglaterra es el país de los contrastes. De los seis fichajes más caros del verano, cinco han sido adquiridos por los británicos: el citado Ferdinand, al Manchester; el francés Anelka, al Manchester City por 20,4 millones de euros; el senegalés Diouf, al Liverpool por 15,6; el portugués Viana, al Newcastle por 13,3, y el italiano Maccarone, al Middlesbrough por 12,7. Y, sin embargo, un club tradicionalmente rico como el Chelsea, endeudado hasta los dientes, no ha podido contratar a nadie.
En esta lista de los grandes desembolsos veraniegos sólo mete fugazmente la cabeza Italia con el traspaso de Cannavaro del Parma al Inter por 15 millones de euros. Italia, no obstante, ha sufrido un frenazo en su habitual voracidad mercantil. El Roma y el Lazio han tenido serios problemas financieros para ser inscritos en la Liga. Además, este organismo bloqueó el fichaje por parte del Lazio de tres jugadores -entre ellos, el brasileño Eriberto, del Chievo- a causa de la insolvencia del club romano. El Lazio debe dinero a espuertas: al Valencia por los traspasos de Piojo López y Mendieta; al Manchester United por Stam; y al Vélez Sarsfield por Castromán. Mientras tanto, el productor cinematográfico Vitorio Cecchi Gori llevó al Fiorentina a la ruina desde la presidencia del equipo toscano.
En Alemania, los clubes han invertido en fichajes 102,2 millones de euros, un 35% menos que el pasado año, a pesar de que los presupuestos han crecido y el respaldo de los patrocinadores se ha disparado.El Bayern Múnich quiere resarcirse de su discreto curso pasado y se ha reforzado con mucho criterio aunque sin grandes dispendios: Zé Roberto (11,5 millones), Deisler (9) y Ballack (6,4). El Poulidor de 2002, el Bayer Leverkusen, ha recurrido al brasileño França (8,5) para hacer olvidar a Ballack y Zé Roberto. Y el campeón de la Liga, el Borusia Dortmund, mantiene su bloque y lo adereza con el fichaje del centrocampista Frings (8,5). Por otra parte, el Wolfsburgo se une a otros tres conjuntos alemanes -el Stuttgart, el Hansa Rostock y el Energie Cottbus- que han revisado a la baja, con la conformidad de la plantilla, las primas por los resultados.
Por último, en Francia, la crisis de Canal + ha dejado el fútbol sin más estrellas que la del brasileño Ronaldinho, en el París Saint-Germain. Los fichajes han sido mínimos y de escaso brillo: Lorient, al Burdeos por 7,6 millones de euros; André Luiz, al PSG por 6,5 millones; Diarra, al Lyón por 6, y Makukula, ex delantero del Salamanca, al Nantes por 6.
Muchos aficionados se quejan de la frugalidad en los fichajes, pero siempre hay beneficiarios. La selección española será uno de ellos, según su nuevo entrenador, el vasco Iñaki Sáez. Éste entiende que cuantos más españoles ocupen puestos de responsabilidad en sus respectivos equipos, que es lo que va a suceder, mucho mejor.
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