La Federación Internacional de Pelota rechaza la incorporación de Euskadi como miembro
La decisión de la FIPV agrava el desencuentro entre las federaciones española y vasca
La pelota vasca se ha acostumbrado a citarse con la polémica cada cuatro años, cuando llega el Mundial de una especialidad en la que no participan los mejores pelotaris del planeta ni la selección vasca. Pamplona ordena estos días la participación de 350 deportistas aficionados, representantes de 14 países. La Federación de Euskadi ha vuelto a reclamar un cambio en los estatutos de la Federación Internacional (FIPV) para integrarse en el organismo como un miembro de pleno derecho, posibilidad que fue ayer rechazada con 20 votos a favor y 30 en contra.
El resultado de la votación no causó ningún tipo de asombro. La víspera, el presidente de la Federación Española, Julían García Angulo, anunció la nula viabilidad de la propuesta, presentada por el presidente de la federación venezolana, de origen vizcaíno, Juan José Lekue. Éste último no asistió a la reunión en la que se designó como nuevo presidente al francés Dominique Boutineau, quien ocupa el cargo abandonado tras la dimisión de Enrique Gaytán de Ayala. Boutineau, elegido para los próximos cuatro años, aseguró que el debate sobre la inclusión de Euskadi en la FIPV se discutió 'con mucha seriedad' y lamentó la ausencia de Lekue: 'Hay que respetar todas las opiniones, pero también defenderlas'.
La Federación de Euskadi no se explica que se desatienda su aspiración a participar como una selección diferenciada de la española; la Federación Española se ampara en los estatutos de la Internacional, que sólo reconocen la participación de una selección por país. Sólo la improbable modificación de esa normativa o la inesperada intervención del Comité Superior de Deportes abriría las puertas de las competiciones internacionales a la selección vasca. Las relaciones entre las federaciones vasca y española son inexistentes y ambas se han acostumbrado a atrincherarse en una encendida guerra de descalificaciones. La española recuerda invariablemente que fue la vasca la que decidió separarse y ésta lamenta la cerrazón al diálogo de la federación dirigida por Angulo, igualmente vicepresidente de la internacional.
La reivindicación es mucho más política que deportiva y no todos los pelotaris del País Vasco la asumen. 25 de los integrantes de la selección española que compite estos días en las 14 modalidades programadas son navarros, 11 guipuzcoanos, dos vizcaínos y uno alavés. El resto de los 52 seleccionados son madrileños o valencianos, principalmente. Los mejores pelotaris del mundo sólo tienen plaza mundialista mientras viven ajenos al dinero del profesionalismo, lo que desvirtúa en parte el interés de un Mundial que parece más empeñado en demostrar el carácter internacional del juego que en asegurar auténtico espectáculo. El desequilibrio entre la calidad de los participantes ya ha proporcionado resultados de escándalo y son legión los participantes descendientes de emigrantes vascos que figuran en las selecciones de los demás países.
De hecho, muchas de las selecciones inscritas tienen un peso ínfimo en el desarrollo de la cita, en realidad una pugna entre Francia y España, con el arbitraje de México e incluso Argentina. Francia y España, gran vencedora en México 98, se reparten los triunfos absolutos y Pamplona reedita estos días la eterna pelea.
La asamblea eligió a México como sede del Mundial 2006 mientras España, Francia, Italia, Holanda y Bélgica decidieron poner en marcha una Federación Europea de Pelota Vasca para impulsar este deporte en el continente.
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