Ferias y circo en Alcalá de Henares
En primer lugar quiero expresar mi extrañeza ante la omisión de noticias sobre esta ciudad patrimonio de la Humanidad por parte de los medios de comunicación nacionales, y de la tergiversación en algunas televisiones y periódicos locales como, por ejemplo, tachar de 'bulo malintencionado con intención de crear alarma', a la preocupación de dos barrios por la posibilidad de que fueran a destruirse (más de 3.000 personas los habitan), cuando de hecho en el avance del Plan Especial del Casco se les considera 'conflictivos', y que ya había sido publicado en el BOCAM.
Pero fue el vicealcalde señor Suárez Machota el que dijo que era un bulo, y no contrastaron otras opiniones, aunque ante las pruebas este señor les echó la culpa a los técnicos. ¡Valiente!
En segundo lugar quiero comentar que las ferias de Alcalá este año nos cuestan a los alcalaínos 900.000 euros, y eso que hay que pagar por ver la mayor parte de las actuaciones. Pero nos sobra el dinero, ya que nos lo hemos ahorrado en el Plan de Control de Acceso, que por un poquito más que lo de las ferias (un millón de euros), una empresa que no necesitó presentarse a concurso le ha vendido al señor Peinado, nuestro alcalde y genio creador de este cierre del centro urbano y comercial, una serie de bolardos, semáforos con cámaras para vigilarnos, y una especie de paelleras cuyo fin es obstaculizar el paso y que no se cuele nadie, aunque sea una norma de tráfico el que no se obstaculice nunca la calzada. El hecho es que, aunque sean 84 las calles cerradas al tráfico, en el que los autorizados sólo pueden acceder por un determinado paso y teniendo que rodear la ciudad para acceder por él, nos lo hemos ahorrado en informes sobre seguridad, evacuación, repercusiones en el comercio, etcétera.
Algunos privilegios sí que hay: además de poder pasar en moto o en bici, algunos establecimientos también son afortunados y sus clientes podrán acceder libremente. Es, por ejemplo, un caso tan necesario como un bingo.
Sin embargo, a mí y a otros comerciantes nos acaban de robar. Y es que sólo hay por la noche seis policías municipales para una ciudad de casi 190.000 habitantes; eso sí, el alcalde lleva dos. Al ir al cuartel de esta policía estuve un cuarto de hora llamando y todavía estoy esperando que me contesten.
Lo triste es que el único argumento que el alcalde da en una carta a algunos vecinos (gente mayor, sobre todo) es que van a poder disfrutar más del vuelo de las cigüeñas sin el tráfico. Pero no les dice que quieren quitar el mercado municipal y que no hay en todo el centro casi ningún establecimiento de alimentos perecederos. Tendrán que ir a centros comerciales, muy potenciados por este Ayuntamiento. El próximo, que abrirá el año que viene, ya se anuncia como 'nuevo centro de la ciudad'. Y es que el Ayuntamiento ya aprobó que no son convenientes los aparcamientos en el centro ni que aquí se acumule toda la actividad de la ciudad. Resumen, para crear ciudad, destruir lo que ya hay. ¿Intereses? ¿Mala fe?
Y si quieren saber la verdad, pregunten en la zona, no a los que mienten y a los que lo desconocen. Así habrá una información veraz de cómo se destruye una ciudad patrimonio de la Humanidad.
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