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Placeres | GENTE
Columna
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Comer en Las Vegas

Habíamos conocido a los propietarios del Cirque du Soleil en Barcelona y nos invitaron a conocer su estudio en Montreal, así como los espectáculos estables que tenían en Las Vegas. Febrero de 2000 fue el mes escogido para visitarles. Viajamos primero a Canadá y después a Las Vegas. Mucha gente nos había hablado de esta ciudad y habíamos escuchado opiniones de todos los gustos. Este viaje lo hice con mi socio, Juli Soler, y aunque no era un viaje montado para cazar ideas, estábamos seguros de que veríamos cosas que desatarían la chispa creativa.

Ya en el aeropuerto nos dimos cuenta de que Las Vegas era una ciudad diferente a todas, impresión que corroboramos al llegar al hotel. En Las Vegas todo es a lo grande y allí puedes encontrar las cosas más increíbles. A modo de ejemplo, vale la pena señalar que el espectáculo ³O², que el Cirque du Soleil representaba en el hotel Bellagio, costó 150 millones de dólares. El mismo hotel Bellagio factura cada año 2.000 millones de dólares. En el restaurante Picasso, situado en el mismo hotel, puedes comer con unos cuantos picassos auténticos a tu alrededor. Están valorados en 150 millones de dólares y es algo sencillamente increíble para cualquier otra ciudad.

Sólo en el hotel Bellagio comen veinte mil personas cada día, con un alto nivel adquisitivo

Aunque el juego es todavía la atracción principal de Las Vegas, conviene apuntar que mientras que hace 10 años el 80% de los ingresos provenía del juego y el 20% del turismo, hoy la proporción está igualada al 50%. Esto ha hecho que los hoteles (toda la vida en Las Vegas se concentra en los hoteles, que son como parques de atracciones para mayores) se preocupen mucho de la gastronomía.

Las Vegas es actualmente uno de los lugares más interesantes del mundo para ver nuevas propuestas en lo referente a restaurantes. Los hay de todos los tipos y precios, muchos de ellos temáticos y con un interiorismo muy moderno. Sólo en el hotel Bellagio comen 20.000 personas cada día, y no hace falta decir que con un alto nivel adquisitivo. El cocinero del restaurante Picasso es Julián Serrano, sin duda uno de los grandes embajadores de la gastronomía española en el mundo. No hay que dejar de ir al Picasso si se visita Las Vegas.

Estuvimos sólo dos días en Las Vegas, pero fuimos a varios restaurantes. Hay tantos, que están puerta con puerta, como en unas galerías. Visitamos, entre otros, un restaurante temático de noodles (los espaguetis asiáticos) y el yakitori más grande que nunca hemos visto. En este último había unas cincuenta mesas-plancha; parecía un gran casino en el que en vez de jugar al póquer la gente comía productos a la plancha. Fuimos también a un Sushi Bar con unas peceras con medusas que, gracias a la tecnología, se podían ver de diferentes colores.

Las Vegas es seguramente uno de los mejores sitios para cazar ideas. Lo último en cuanto a conceptos relacionados con la gastronomía y en cuanto a decoración está allí, y al ser un lugar donde los locales están abiertos durante muchas horas permite una flexibilidad absoluta para visitarlos. En cuanto podamos, pienso regresar a Las Vagas junto con Oriol Castro y con mi hermano Albert, aunque él ya la ha conocido este año: estuvo de jurado del campeonato del mundo de pastelería, pero debido al tipo de visita no pudo visitar muchos lugares.

¡Ah! Sobre todo, si se va a Las Vegas, no dejar de ver ³O², el espectáculo sobre agua del Cirque du Soleil. Es seguramente uno de los grandes espectáculos visuales del mundo.

(Con la colaboración de Xavier Moret).

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